San Andrés, el que lleva a las personas a Cristo, por María García de Fleury - 800Noticias
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Por: María García de Fleury

El nombre Andrés era uno de los más comunes entre los hombres judíos pero este Andrés en particular resalta, porque hoy podemos llamarlo “El que lleva a los demás a Jesús”. Nació en Betsaida de Galilea, era hijo de Jonás, dueño de barcos de pesca y era discípulo de San Juan Bautista.

Un día, Jesús volvía del desierto después de su ayuno y sus tentaciones y cuando pasó a lo lejos Juan el Bautista les dijo a sus discípulos “ahí va el cordero de Dios”. Andrés se emocionó al oír este elogio y se fue detrás de Jesús, quien en un momento se volteó y le preguntó “¿Qué buscas?”, y Andrés le preguntó, “Señor, ¿Dónde vives?”, Jesús respondió: “Ven y verás” y se quedó con él aquella tarde.

Andrés le contó luego a su hermano Simón “He encontrado al señor y entonces, cuando leemos la gran frase evangelizadora: “Y lo llevó a Jesús”. Sin saberlo, Andrés estaba llevando nada más y nada menos a aquel a quien el maestro consagraría como el primer Papa: “Tú eres Simón, el hijo de Juan, tú te llamaras Cefas, que quiere decir Piedra y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”.

El día que Jesús se vio frente a una gran muchedumbre hambrienta y cansada que quería escucharlo hablar, Jesús le preguntó a Felipe “¿Dónde podemos conseguir pan para darles de comer a la multitud?, y Felipe le contestó “Ni con 200 denarios bastarían para que cada uno tome un poco”.

Andrés que estaba escuchando la conversación ofreció una alternativa sin la solución completa y le dijo “Aquí hay un muchacho que tiene 5 panes de cebada y dos peces, pero que es esto para tantos”. Confiados, atentos y dispuestos Felipe y Andrés siguieron las instrucciones del maestro de hacer recostar a la gente, colocar un pez y un pan en cada cesta y repartirlos, y el milagro de la multiplicación de los panes y los peces se realizó.

En otra ocasión había algunos griegos de los que subían a adorar a las fiestas y se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea y le rogaron “¡Señor, queremos ver a Jesús!”, Felipe fue a decírselo a Andrés y luego ambos fueron a decírselo a Jesús.

Andrés fue uno de los doce apóstoles que participó en la última cena y después de la muerte y el entierro de Jesús, San Andrés, junto con la Virgen María madre de Jesús y los demás apóstoles perseveraban en la oración con un mismo espíritu, y fue allí cuando el espíritu Santo apareció en formas de lenguas de fuego, los llenó a todos de valentía y fortaleza.

Al igual que los demás apóstoles, Andrés salió de ahí en adelante a predicar el evangelio con gran valentía obrando milagros y prodigios. San Andrés es el fundador de la iglesia en Constantinopla, nombre antiguo de la actual ciudad de Estambul en Turquía; se dice que en el año 60 en tiempos del emperador romano Nerón fue atado, no clavado a una cruz en forma de equis para prolongar su sufrimiento, esta cruz ahora se conoce como la cruz de San Andrés.

San Andrés murió el 30 de noviembre del año 60, tanto la iglesia católica latina como la iglesia griega celebran su fiesta ese día pues Andrés entregó su vida por amor y dedicación a Dios convencido de que con Dios ¡siempre ganamos!