San Alberto Hurtado, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

María García de Fleury

El 18 de agosto la iglesia celebra la fiesta de San Alberto Hurtado, quien nació en Villa del Mar, Chile, el 22 de enero de 1901. Fue abogado, sindicalista, psicólogo y sacerdote jesuita chileno. Sacerdote de oración, de amor a la Eucaristía y a la virgen, la madre de Dios. Tenía como sus mayores preocupaciones sociales la juventud, los obreros y los pobres. Insistía en que toda acción es la prolongación de una idea.

Muchos lo recuerdan recorriendo las calles con su camioneta verde recogiendo niños, adultos y ancianos indigentes. Fue esta labor la que dio origen al Hogar de Cristo, que consistía en hospederías y hogares de niños y ancianos que están en todo el país y al día de hoy constituyen la obra que mayor renombre le ha dado al Padre Alberto Hurtado. Con frecuencia decía, yo sostengo que cada pobre, cada vago, cada mendigo es Cristo en persona que carga su cruz y como Cristo debemos amarlo y ampararlo, debemos tratarlo como un hermano, como un ser humano, como somos nosotros.

Acabar con la miseria es imposible, pero luchar contra ella es un deber sagrado. Insistentemente abogó por la sindicalización de los trabajadores como medio principal de mejorar su calidad de vida, de superar las desigualdades y de implantar un orden social cristiano. Fundó la Asociación Sindical Chilena. Decía, el amor de Dios nos urge de tal manera que no podemos rechazar el trabajo. Estamos llamados a consolar a un triste, ayudar a un pobre, visitar a un enfermo, agradecer un favor, dar una conferencia, dar un aviso, hacer una diligencia, escribir un artículo, organizar una obra y todo esto añadido a nuestras ocupaciones de cada día, a nuestros deberes cotidianos.

Siempre se destacó por su amor a la patria. Su gran ideal era que Chile fuera un país profundamente unido a Cristo, humano, fraternal y al ser así sería grande y bello.

En honor a San Alberto Hurtado, el gobierno de Chile estableció el mes de agosto como el mes de la solidaridad y decretó que el 18 de agosto sería el día de la solidaridad. Por su ejemplo, personalidad y trabajo trascendieron más allá de la iglesia. Ese fue San Alberto Hurtado.

El padre Hurtado ha sido reconocido y admirado y apreciado por millones de personas. Su labor ha sido reconocida en vida y desde allí lo consideraban santo. Un chileno ejemplar que como católicos veneramos en los altares desde octubre del año 2005 cuando fue canonizado por el papa Benedicto XVI.

San Alberto Hurtado decía y vivía que la alegría no depende de afuera sino de adentro. El católico que medita su fe nunca puede estar triste. El pasado pertenece a la misericordia de Dios, el presente a su buena voluntad ayudada por la gracia abundante de Cristo y el porvenir depende del inmenso amor del Padre Celestial. Por eso agregaba que no basta sonreír para vivir contentos, es necesario que creemos un clima de alegría en alrededor nuestro. Nuestra sonrisa franca, acogedora será también de un inmenso valor para los demás.

Alberto Hurtado falleció a los 51 años en 1952 producto de un cáncer, habiendo acercado a muchos a Dios porque siempre supo que con Dios siempre ganamos.