Salud mental en el cáncer
EFE Salud
Expertos en psicooncología de la Universidad Complutense de Madrid y del Hospital Clínico San Carlos debatieron recientemente el papel de la asistencia integral, personalizada y adaptada a cada hito del cáncer y analizaron las consecuencias de la COVID-19 para estos pacientes.
Una mamografía anual de Marta -nombre ficticio-, recién jubilada a sus 64 años y con una agenda llena de planes para hacer con su familia y amigas, desembocó en un diagnóstico maligno en febrero de este año. Cáncer de mama. Y con él, un torrente emocional sin precedentes. “El susto y el miedo son impresionantes, no te imaginas”, confiesa.
Desde entonces, en los últimos ocho meses ha vivido una cirugía para extirpar el tumor de la mama, sesiones de radioterapia y un tratamiento hormonal que tendrá que mantener durante los próximos cinco años. Su pronóstico, hoy en día, es inmejorable. Pero esto no es siempre lo habitual.
A las innumerables consecuencias físicas se unen las psicológicas y su premisa a lo largo de todo el proceso ha sido “desdramatizar la enfermedad por mis hijas”.
Marta asegura que, durante las visitas al hospital vallisoletano donde fue tratada, además de preguntarle cómo estaba su cuerpo, los sanitarios añadían un “¿y psicológicamente?”.
Velar por la salud mental hasta el final
“Son tantos los momentos estresantes y tan cambiantes en poco tiempo, que el cáncer desafía la capacidad de adaptación del paciente. Hace falta una atención integral y profesional para atender a estas personas”, describe Juan Antonio Cruzado, investigador del Departamento de Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Asistencia individualizada
La terapia psicológica está presente en todo el proceso de la enfermedad adaptándose a cada momento y, por supuesto, a cada persona.
“Existen muchos tipos de cáncer de mama y al tratarlos de forma homogénea estaríamos incurriendo en un gravísimo error. No tienen el mismo pronóstico, incidencia o tratamiento. Ahora se hace una intervención de precisión y absolutamente individualizada”, insiste María Eugenia Olivares, profesora asociada del Departamento de Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que desarrolla su actividad asistencial en la Unidad de Patología Mamaria del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Por sus años de experiencia, Olivares explica que no es lo mismo asistir psicológicamente a una mujer de cuarenta años que a otra de ochenta.
Intervención continua, pero con hitos clave
En la travesía del cáncer se viven muchos momentos clave, hitos del proceso terapéutico.
En la prevención de hábitos de vida saludables también se hace psicooncología: desde concienciar de los cribados ginecológicos hasta terapias para deshabituarse al consumo de tabaco -al que van asociados algunos tipos de cáncer-.
Así mismo, en el caso de mujeres con una mutación genética o con antecedentes familiares. “Son pacientes sin cáncer de mama, pero con un riesgo aumentado para la misma que se enfrentan a decisiones vitales, que van a tener repercusión en su día a día”, reconoce Olivares.
Uno de los hitos clave, sin duda, es el diagnóstico. Como en el caso de Marta, muchas veces llega con una revisión normal, pues no todo el mundo se encuentra un bulto o un sangrado.
Y tras el diagnóstico de malignidad, se pasa a la acción: la intervención. Quirúrgica, oncológica, radioterápica u hormonal, cada una deja efectos diferentes en las pacientes.
“La pandemia me generó más incertidumbre por miedo al retraso en la operación y en el tratamiento de radioterapia”, manifiesta.
Por suerte, la demora fue tan solo de unos días, pero tuvo que enfrentarse a la cirugía en soledad, por las medidas de seguridad del hospital.
“Al inicio de la pandemia la idea de vulnerabilidad y muerte estaba muy presente en nuestros pacientes”, comenta Olivares y añade que se han hecho esfuerzos sobrehumanos por parte de todo el personal implicado en la Patología Mamaria para retrasar lo menos posible las intervenciones y los tratamientos de sus pacientes y que se ha visto reflejado en trabajos publicados en ARRC de la satisfacción excelente que tenían las pacientes respecto a los cuidados recibidos.
Según un estudio liderado por el Hospital Infanta Leonor de Madrid, en el que también participa la UCM, la mortalidad por complicaciones derivadas de la COVID-19 es cuatro veces superior en pacientes con cáncer.
¿Cómo se enfrenta a este titular un paciente diagnosticado en plena pandemia? “Este resultado es un hecho real y hay que comunicarlo, no para asustarnos, sino con el objetivo de orientar las medidas preventivas”, señala Cruzado.
Clichés y metáforas: más que palabras
El cáncer lleva asociado determinados usos del lenguaje tan integrados en la sociedad que pasan desapercibidos pero que, poco a poco, también hacen mella en el estado de ánimo y la salud mental de los pacientes.
Lo mismo sucede, añade, con la metáfora de la guerra o la batalla, otro cliché que hay que evitar -empezando por los medios de comunicación-, porque produce más problemas que beneficios.
“Si se marcan estereotipos, el paciente tiene que ponerse un nivel de exigencia y obligarse a estar contento/a y ser un buen/a luchador/a, y que de eso dependa su salud”, señala la doctora Olivares.
Ni es cierto que el cáncer tiene que empoderar ni tampoco que toda persona que lo padece va a cursar con un trastorno psicopatológico. Según Olivares, más de la mitad de los pacientes, pasado el momento agudo cargado de emociones, se adapta al proceso y convive lo mejor posible con la enfermedad.
Acceso psicológico para todas
Los psicólogos de la UCM abogan por la importancia de evitar el sufrimiento y velar por el bienestar emocional del paciente, situándolo al mismo nivel que la aplicación de tratamientos para la curación.
“Si se ha demostrado el nivel de eficacia de la Psicooncología, es inadmisible que no se facilite a toda la sociedad. Todos tenemos la idea de la OMS de bienestar físico, psicológico y social, pero que no se quede en un gran eslogan, que se aplique y con personal cualificado”, reivindica Olivares.