SALUD EN CRISIS | Déficit de ambulancias supera el 80% en Maracaibo
Con información de Panorama
Tiene el lado izquierdo del cuerpo adormecido y dificultad respiratoria. La vida de William Suárez, de 56 años, está en caída libre y no hay quién lo ataje. Una ambulancia pública es un espejismo.
Un taxi lo traslada desde Los Haticos hasta el Hospital Universitario, alrededor de las 2:00 de la tarde de un miércoles de respuestas ausentes. Junto a su hijo y su hermana aguarda, con impaciencia, en la sala de espera de la Emergencia. La evaluación médica apunta a un accidente cerebrovascular (ACV), pero es necesaria una resonancia magnética para comprobarlo.
Las llamadas al Cuerpo de Bomberos de Maracaibo, a la Gobernación del Zulia, a la Alcaldía, al amigo del amigo son incontables. La angustia de los Suárez no se narra. El ahogo se convierte en asfixia. No hay vaso para el oxígeno. Los síntomas físicos tocan la salud mental de William, quien comienza a delirar mientras está acostado en el piso de la Emergencia; tampoco hay camillas.
“Ya va para allá la ambulancia”, es la respuesta más esperanzadora que reciben de los Bomberos, cerca de las 4:00 de la tarde. La vista de Jatzela Suárez, la hermana, se pierde en la entrada del centro de salud.
El abdomen del hombre es un globo, sus ojos están desorbitados, no logra controlar ningún movimiento. El asombro de sus familiares, que comienzan a llegar graneados, es mayúsculo; sin embargo, es imposible concretar el traslado en un vehículo particular, pues su condición es crítica.
“No me dejen morir”, es la petición que rasga a quienes escuchan al zuliano que también es enfermo renal crónico. Una ambulancia privada es la única luz en esta noche de sombras. “Por favor, póngale oxígeno a mi papá”, suplica al paramédico Rosana Suárez, la hija, atrapada en lágrimas. Los 15 minutos de oxígeno, que cuestan 8 mil bolívares, son parte del alivio. Una hora antes apareció la unidad de los Bomberos, pero, tras recibir una llamada de “otra emergencia”, se marchó, vacía.
Finalmente, la familia, sin dudar, hace una “vaca” para cancelar 15 mil bolívares para transportarlo. No esperan ni 10 minutos para arrancar y, al cabo de media hora, comprueban que se trata de una hipoglicemia severa y de un derrame pleural (líquido entre los pulmones y el tórax).Es noviembre de 2016.
Según la OMS, lo ideal es contar con una ambulancia por cada 25 mil habitantes. Si esta premisa se cumpliera, en el Zulia, donde hay 3.704.404 pobladores (censo INE, 2011) se dispondría de 148 unidades. Maracaibo requiere 58, San Francisco 18 y Jesús Enrique Lossada 5. En Maracaibo, se calcula un déficit superior a 80% en ambulancias.
Pero la teoría está distante de la práctica. En el Cuerpo de Bomberos de Maracaibo solo hay una ambulancia operativa, las otras 19 están dañadas. “Desde hace más de tres años, el Cuartel de la Rotaria no tiene ni siquiera una”, informa un comandante, en anonomato.
Entre tanto, el servicio VEN 911 dispone de cinco vehículos para el traslado de emergencias, tres en su sede y dos en Protección Civil, así lo revela Orángel Márquez, presidente encargado de Funsaz-171, ahora integrado al 911.
“Por lo general, operan dentro de Maracaibo, pero si hay traslados fuera de la ciudad, se activan”, precisa. Además, indica que, pese a que “el Zulia es piloto en la atención de emergencias”, las cinco ambulancias con las que cuentan son insuficientes. “Quisiéramos tener un parque automotor más grande. El ideal para la población de Maracaibo debería ser 15 o 20”, opina.
En el HUM, ninguna de las dos ambulancias asignadas está operativa. El director, Samuel Viloria, declara que “una está en el taller mecánico por mantenimiento preventivo y la otra está parada por falta de cauchos. Desde hace dos meses no contamos con ellas”. Sostiene que hacen enlaces con el 911, la Secretaría de Salud y Pdvsa para atender a los pacientes.
En el Hospital General del Sur, de Maracaibo, “los familiares tienen que hacer como sea para costear el transporte. Hace poco, una familia pagó
Bs. 300 mil por llevar a una mujer hasta Machiques”, revela una fuente. Y la situación lleva más de un año.
La misma carencia se presenta en la Maternidad Armando Castillo Plaza, Hospital Materno Infantil “Dr. Raúl Leoni”, en el “Chiquinquirá” y en el Hospital Central, donde tienen años sin estos vehículos. En el Hospital Noriega Trigo, en San Francisco, cuentan con dos unidades operativas. Al igual que el “Adolfo Pons”, hay una.
El secretario regional de Salud, Richard Hill, explicó a este diario que en este momento cuentan con 13 unidades, distribuidas en todo el estado.
“Desde el 2016 se trabaja unificadamente entre la Secretaría de Salud y el 911, que labora con lo extra e intrahospitalario”, explicó el directivo.
“Estamos trabajando en optimizar los recursos materiales y humanos, fortaleciendo la atención en los hospitales de los municipios, para minimizar las referencias y las contrarreferecias; estamos dándole prioridad a las emergencias así como priorizamos el mejoramiento de los hospitales y maternos. En los 63 mil kilómetros cuadrados tenemos 32 hospitales”, resaltó.
La Autoridad Única de Salud apuntó que Pdvsa y Sanipez también prestan un gran apoyo, al tiempo que reconoció que hace falta aumentar la cantidad de ambulancias en la entidad, por lo que dan mantenimiento y reparan las que se han dañado.