La Madre María de San José, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
Aunque el 7 mayo de 1995 fue la ceremonia de beatificación en el Vaticano de la Madre María de San José por parte del Papa Juan Pablo II y ese día es que se celebra la fecha litúrgica de esta primera beata de venezolana, queremos rendirle homenaje hoy 2 de abril, pues fue el día de su fallecimiento en 1967 cuando tenía 92 años.
La Madre María de San José nació bajo el nombre de Laura evangelista Alvarado Cardozo, el 25 de abril de 1875 en la ciudad de Choroní, estado Aragua y desde pequeña demostró su interés por la vida religiosa destacándose por llevar una vida consagrada a Jesucristo.
Cuando recibió su primera comunión a los 13 años también se consagró personalmente a Dios, se dedicaba a realizar actividades en su parroquia sobre todo preparando a niños que iban a recibir la Primera Comunión usaba un Cristo en el pecho y era tan caritativa que entre los vecinos de su pueblo la llamaban la niña de Cristo.
En 1893 el padre Vicente López Abeledo, párroco de la ciudad de Maracay fundó el Hospital San José invitó a Laura a incorporarse trabajar allí; con 22 años Laura comenzó a realizar el cuidado de los enfermos junto con otras jóvenes como Hermanas Hospitalarias.
Decidió adoptar el nombre de Sor María de San José en el año de 1900, consagrándose como Hospitalaria Agustina y en el año 1901, el 11 de febrero fundó las hermanas Agustinas Recoletas, luego en el año 1950 esta congregación fue agregada a la orden de los recoletos de San Agustín tomando el nombre de hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús , una congregación dedicada a ayudar a niñas abandonadas ancianos pobres y elaborar hostias. Ese fue el primer instituto religioso dedicado al apoyo de los más necesitados en el estado Aragua.
A Laura le preocupaba mucho lo alejado que estaba su papá de Dios y le ofreció a Dios un ayuno total y absoluto para que su papá se convirtiera. Su papá, llamado don Clemente enfermó de gravedad y cayó en coma pero insólitamente el 5 de abril de 1899 contra toda esperanza, don Clemente despertó, pidió un sacerdote, habló con él se confesó y se casó por la Iglesia con doña Margarita su esposa de toda la vida.A las pocas horas falleció.
Laura tuvo la certeza de que Dios lo recibió con los brazos abiertos en el cielo. Laura cumplió su promesa y desde que al día no tomó alimento alguno, solamente la Sagrada Eucaristía. Este ayuno lo cumplió durante 10 años desde los 24 años hasta los 34, cuando en 1909, el padre Vicente López Abeledo le pidió que lo mitigara.
Por sus votos de obediencia, así lo hizo, de allí en adelante todos los días en el desayuno comía un pedazo de pan tostado, un par de cucharaditas de maicena y un trocito de fruta. En el almuerzo una cucharada sopera de arroz, un pedacito de plátano verde aliñado con ajo y a veces le agregaba un pedazo de casabe. Para mortificarse, tomaba jugo de naranja amargo y en la noche no comía.
En 1994 su cuerpo fue trasladado a un sarcófago de cristal para su veneración publica.
La Madre María de San José vivió amando la Eucaristia y a través de ella a todas las personas, porque sabía que con Dios ¡siempre ganamos!
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