Recibió trasplante de brazos y pudo abrazar a su familia - 800Noticias
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800 Noticias | Agencias

Un terrible accidente laboral hace 24 años hizo que Felix Gretarsson perdiera los dos brazos y parte de los hombros. Ahora, este islandés de 49 años tuvo una impresionante recuperación: Levanta pesas en el gimnasio y puede abrazar a sus familiares.

El año pasado había recibido un doble trasplante de brazos y hombros en Lyon (Francia), una operación inédita.

La vida de este operario eléctrico cambió el 12 de enero de 1998. Mientras trabajaba en una línea de alta tensión en Islandia, una descarga de 11.000 voltios le quemó las manos y lo arrojó al vacío. La caída le provocó innumerables fracturas. Sus órganos internos se vieron afectados y entró en un coma que duró tres meses. Cuando se despertó, los médicos le amputaron las extremidades.

Se sometió a numerosas operaciones, incluido un trasplante de hígado. Decidido a encontrar soluciones, no dudó, en 2007, en presentar su caso al profesor de Lyon Jean-Michel Dubernard, pionero mundial de los trasplantes de mano, que pasaba por Reykjavik para una conferencia. El 13 de enero de 2021 cumplió su sueño.

En total, unas cincuenta personas participaron el año pasado en esta hazaña. “Teníamos un grupo de WhatsApp y cuando nos enteramos de que teníamos un donante, todos respondieron: ¡ya voy!”, explicó en ese momento el profesor Emmanuel Morelon, responsable de la terapia inmunosupresora.

Tras el éxito de la cirugía, la mujer del paciente, Sylwia, admitió en una rueda de prensa junto al equipo médico que recuperar los brazos era lo que Felix más deseaba.

Actualmente, Felix se dedica a dar conferencias motivacionales para dar a conocer su historia. Dice que se siente bien y que cada vez maneja mejor sus brazos, al punto de llegar a levantar pesas en el gimnasio.

Los nervios luego del trasplante crecerían en promedio un milímetro cada día, por lo que se esperaba que al menos a un año de la cirugía se encontraran con los codos. Sin embargo, sorprendió a los cirujanos con su increíble recuperación, y ahora logra lavarse los dientes, abrazar a su familia, lanzar pelotas para su perro y hasta levantar pesas en el gimnasio.

“En algún momento sientes que estás listo para hacerlo. El movimiento comienza a llegar, pero no hay fuerza al principio, solo una pequeña fracción de nervios en el músculo para que pueda contraer los músculos hasta cierto punto”, explicó el islandés al DailyMail. Y, respecto a su rutina en el gimnasio, dijo que “no estoy aumentando mucho de peso, sino tratando de aumentar los músculos y al mismo tiempo aumentar los nervios”.

Felix expresó que es “indescriptible” lo que sintió al abrazar por primera vez a sus nietos “después de verlos llorar como bebés pequeños y no poder sostenerlos”.

Con información de Clarín

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