Recemos El Rosario este #13Oct, por María García de Fleury
María García de Fleury
En Fátima, Portugal, el 13 de octubre de 1917, se produjo el Milagro del Sol, un hecho astronómico sobrenatural que puso de rodillas a miles de incrédulos.
Este fenómeno místico ocurrió en lo que fue la sexta y última aparición de la Virgen de Fátima. La Virgen se había aparecido seis veces a tres pastorcitos, Lucía dos Santos y los hermanitos Francisco y Jacinta Marto. Les había pedido rezar el rosario a diario, hacer oraciones y sacrificios para lograr la conversión de los pecadores.
Al mismo tiempo les dio varias predicciones, como por ejemplo el final de la Primera Guerra Mundial, la muerte prematura de Francisco y Jacinta, hechos que para muchos dotan de credibilidad a la historia narrada por los tres pastorcitos. Varias de estas predicciones ya se han cumplido al pie de la letra.
Otras fueron apocalípticas y otras se referían a Rusia y al Papa. Todas las predicciones de la Virgen de Fátima fueron apocalípticas y otras se referían a la Virgen de Fátima.
La Virgen ha prometido que a las 12 del mediodía del 13 de octubre de 1917, un milagro sería visible por todos, más allá de su credo o su creencia religiosa. Y eso sucedió en Covadeiría, en medio de una fuerte lluvia, frente a los tres pastorcitos y más de 70.000 personas creyentes, no creyentes y ateos.
Se produjo allí lo que se conoce veía como el milagro del sol. De repente, la lluvia intensa se detuvo y durante unos 10 minutos se pudo ver al sol realizando movimientos en una especie de extraña danza. Fue algo tan llamativo que la prensa, aún los que no creían, publicaron crónicas muy largas del suceso, con fotografías que impactaron al mundo entero.
Por ejemplo, el periodista Abelino de Almeida, laicista, nada católico, que en todos sus artículos previos se burlaba de la religiosidad de Fátima, se presentó en el lugar porque, según los videntes de la Virgen, había anunciado una señal y explica que allí se congregaron unas 70.000 personas y describe textualmente, ante los ojos asombrados de la multitud, cuyo aspecto era bíblico, de pie, cabezas sin sombreros, mirando con atención el cielo, el sol tembló, hizo increíbles movimientos repentinos fuera de cualquier ley cósmica.
El sol bailó. En nuestro mundo actual, amigos, se hace alarde de las ofensas a Dios de todo tipo. El rezar el rosario en público es una forma de pedir perdón a Dios por las ofensas que se le hacen y una forma de reparar los pecados lanzados contra el Inmaculado Corazón de María y el Sagrado Corazón de Jesús.
Además, rezar el rosario en público es estar cumpliendo con el mandato de Jesús de ir a predicar a todas las naciones y, al mismo tiempo, estaremos predicando con la Palabra al rezar y con el ejemplo. Es un privilegio estar entre quienes confían en el triunfo de Nuestra Santísima Madre.
Para ellos vendrán muchas bendiciones, porque así lo ha dicho la Virgen. Amigos, salgamos a las plazas públicas al rezar el rosario este 13 de octubre, porque la oración pública es muy poderosa para invocar la misericordia de Dios en momentos tan difíciles que está viviendo el mundo.
Y lo que pida la misericordia de Dios, Dios lo concederá. Y con Dios siempre ganamos.
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