Rafa Benítez, a un paso del OK, impone sus condiciones
Rafa Benítez se encuentra ‘enclaustrado’ entre el hotel de Nápoles en el que reside, junto a algunos miembros de su cuerpo técnico, y la ciudad deportiva partenopea de Castell Volturno. Allí espera la llamada final de su representante, que negocia en Madrid con el club del Bernabéu. Sabe que hay acuerdo definitivo en los términos económicos del futuro contrato y se negocian los aspectos de trabajo, referentes al equipo de ayudantes que le acompañará, a las decisiones sobre plantilla y a la gestión de la cantera.
“El acuerdo se va a hacer”, comentaba ayer un miembro del equipo de representantes de Benítez. El fichaje está hecho, salvo que se cruce algún inesperado factor de choque, y la previsión es que el próximo lunes (como mucho tardar el martes) el entrenador madrileño será presentado en el Bernabéu.
El mutismo oficial hasta el momento había sido absoluto, ya que Benítez decretó ‘Silenzio Stampa’ a todo aquel que le rodea. Desde jugadores a colaboradores, nadie se pronuncia en torno a lo que está sucediendo. La razón es que el Nápoles se juega entrar en la Champions el próximo domingo, en el partido ante el Lazio, y la intención del madrileño ha sido evitar un baile de especulaciones desde su entorno.
Anuncio del adiós. Sin embargo, este ‘Silenzio’ se romperá mañana jueves, ya que según una nota oficial del Nápoles, dará una conferencia de prensa el presidente Aurelio de Laurentiis junto a Benítez. Será el momento de anunciar el adiós del entrenador al club italiano y probablemente la confirmación de que recalará en el Real Madrid.
La negociación entre la entidad blanca y el agente de Benítez (García Quilón) no está siendo sencilla. El técnico quiere llegar con los asuntos deportivos bien definidos. Su paso por Inglaterra, sobre todo, le marca el modo de trabajo al estilo de un manager general. Quiere controlar a su equipo más cercano, así como reestructurar la cantera con un criterio único y con entrenadores de su confianza. Precisamente en estos momentos la fábrica de Valdebebas vive una situación deportiva confusa, ya que Ramón Martínez, máximo responsable, se encuentra de baja por enfermedad y hay un gran vacío de poder decisorio.
El descuido de la cantera ha sido uno de los puntos de fricción entre Benítez y De Laurentiis. El presidente napolitano le prometió acondicionar los campos de Castell Volturno para los equipos base y todo quedó en buenas intenciones. El técnico es obsesivo en el trabajo con los canteranos.
En cuanto a sus ayudantes, pide a su lado al preparador físico Paco de Miguel y no a quien el club quiera imponerle. También trabaja con Xavi Valero (porteros) y Antonio Gómez (analista). Incluso se ha dicho en Italia que querría meter en el Madrid al director deportivo del Nápoles, el exjugador Riccardo Bigon, con potestad sobre Valdebebas.
Benítez no será un entrenador dócil en el Madrid. Se recuerda aquella frase que dijo en Valencia cuando el club fichó a Néstor Cannobio, jugador que él no había aconsejado: “He pedido un sillón y me han traído una lámpara”. Sin duda, el entrenador madrileño reclamará participación en las decisiones sobre contrataciones en el Madrid, por lo que tendrá que mantener un hilo conductor muy directo con Florentino Pérez para perfilar la plantilla de la próxima temporada.
Fuente: AS