¿Quién te da autoridad?, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
En estos días hemos estado escuchando discusiones sobre el derecho al aborto, la eutanasia, mi pregunta es: ¿Quién te da autoridad para decidir si una persona vive o muere?, ¿no te pasa por la cabeza que con esa misma medida con que estas pidiendo la posibilidad de que alguien viva o muera, te la pueden aplicar a ti?
Es urgente que coloquemos de modo coherente al ser humano en el centro de la creación, que sea comprendido de manera íntegra en sus valores, en sus relaciones y en sus compromisos, así se evitará tanto el endiosamiento como la reducción fisicista o biologicista.
La vida humana amigos, es sagrada porque viene de Dios, permanece siempre en una relación especial con él y va a él. El padre y la madre transmiten la vida, pero el creador es el único señor de ese don. La genética actual confirma y reafirma que en el momento en el que el óvulo es fecundado por el espermatozoide, empieza la vida de un nuevo individuo humano que ya tiene su propia identidad biológica e irá desarrollando sus potencias progresivamente sin saltos cualitativos.
En plan de mínimos está el no matar, en plan positivo el sí coherente reclama que se conserve toda vida desde la concepción hasta la muerte. Desde el sí a una vida digna se comprende mejor el no rotundo a cuanto se oponga a sus derechos como el no matarás del quinto mandamiento, que es violado por diversas clases de homicidio en general como por el aborto y la eutanasia particular.
La cultura de un pueblo se basa en sus valores, toda práctica cultural, costumbre, surge de una valoración de la vida, valorar explícita o implícitamente el aborto y la eutanasia es establecer en la sociedad un desprecio por la persona vulnerable, es una afirmación de individualismo y un desprecio por los que te rodean.
¿Quién establece que los seres humanos para tener derecho a vivir tienen que entrar dentro del concepto de utilitarismo?, ¿Es que esas personas no se han enterado que ellos también están sujetos a enfermarse, a ponerse viejos y a no poder continuar trabajando?, ¿Es que quienes estén legislando quien vive o quien muere no saben que a ellos también les llegará el momento de la muerte porque nadie es eterno?
Toda persona tiene derecho a vivir según su dignidad y a poseer los medios necesarios para prevenir y recuperar la salud, la realización de estas exigencias revela a Dios como fuente de toda vida y defensor de la dignidad humana, actualiza el mensaje de Cristo que es para todos los seres humanos camino, verdad y vida. Y constituye una tarea más para la comunidad eclesial comprometida en el reinado de Dios que es de vida en todos los sentidos.
Una política pública que acompañe material y psicológicamente el embarazo, la adopción, la crianza, el cuidado de los enfermos, es lo que verdaderamente garantiza derechos, afirma dignidad y construye sociedad. Es una sociedad que no camina de acuerdo a los antojos personales de quienes están dirigiendo en ese momento, es una sociedad más bien que marcha de la mano de Dios y con Dios ¡siempre ganamos!