¿Qué tipo de educación dar?, por María García de Fleury
María García de Fleury
Los padres de familia tienen muchas decisiones que tomar y una de las más importantes es la educación de sus hijos. La educación es fundamentalmente un proceso de formación integral.
Las escuelas católicas favorecen la formación integral de la persona porque parten de la antropología, es decir, desde el ser de la persona, y trabaja con la pedagogía, la psicología y la didáctica.
Los colegios católicos crean una cultura cristiana de raíz, algo que va mucho más allá de dar clases de religión. Por eso se impregna el sentido cristiano toda la vida del colegio y enseña, entre otros, el servicio a la comunidad, que es algo vital en la vida de todos.
Es hacer una diferencia al contribuir algo de valor para uno hacia otros, ya sea material o espiritualmente. Uno debe ayudar, servir a otros sin esperar algo a cambio. Decía Mahatma Gandhi que cada uno de nosotros, conscientemente o inconscientemente, actualmente hace algún tipo de servicio.
Y si cultivamos el hábito de dar servicio deliberadamente, nuestro deseo para dar servicio crecerá con fuerza y nos dará, además de nuestra felicidad interna, la felicidad del mundo. Una educación católica es una inversión en el futuro de nuestro mundo que vale la pena que todas las familias consideren.
Tomar clases de religión periódicamente no alimenta tanto el alma de los estudiantes Los estudiantes aprenden a vivir su día a día en un ambiente de fe, en un colegio católico que les enseña con el ejemplo de sus profesores y directores cómo seguir en los pasos de nuestro Señor Jesucristo.
Una educación católica es mucho más que una escuela, es una comunidad basada en la fe de los estudiantes, los padres, los maestros y todo el personal. Es una comunidad solidaria donde se enseña y practican las virtudes y valores de Jesucristo. Los estudiantes aprenden compasión, bondad, solidaridad, trabajo en equipo, todo lo cual es tan necesario en el mundo actual.
La práctica de la fe es una parte esencial para la vida familiar y el crecimiento espiritual y emocional de los estudiantes. En una escuela católica, los niños tienen la oportunidad de estudiar la doctrina, asistir a misa, rezar con sus maestros y compañeros.
Además del enfoque en la religión y en los valores, se hace hincapié en la excelencia académica. La docencia es una profesión, pero enseñar en una escuela católica o academia es también una vocación.
Como dijo la madre Teresa de Calcuta, cada obra de amor llevada a cabo con todo el corazón siempre logrará acercar a la gente a Dios. Amigos, nuestros países lo necesitan desesperadamente.
Hay muchas razones para elegir la educación católica para sus hijos. Los invito a pensar en ella y en su importancia para conseguir el éxito y la felicidad de su hijo, para acercarse.
Acercarlo a Dios, porque todos sabemos que con Dios siempre ganamos.
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