¿Qué quiere Dios de mi?, por María García de Fleury - 800Noticias
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Redacción 800 Noticias

¿Qué quiere Dios de mi? si buscamos en el libro de Pablo a los Gálatas en el capítulo 5 vamos a encontrar dos pasajes que son muy interesantes: «Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,  idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios».

En otro pasaje (Gálatas 5:22:23) dice :  En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.

Es decir, que yo muestro y sé que estoy viviendo de acuerdo a los 9 frutos del Espíritu Santo, si mi vida está llena de: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.

Si estoy viviendo todo esto, voy por el buen camino y esto no lo estoy viviendo, estoy en un camino que no es de Dios.

El primer fruto es el amor: el amor verdadero es una decisión y aunque haya muchos obstáculos, sigo amando porque lo decidí. Amar es desear el bien del otro aunque a mi me cueste, amar es cumplir con los compromisos que yo asumí, con las promesas que hice, aunque ya no sienta igual que antes si yo vivo una vida así, estoy guiada por Dios.

La alegría es  un fruto del Espíritu Santo. No estoy hablando de una alegría superficial, sino de una que da paz. Una alegría que es una felicidad serena dentro de ti.

La paciencia es otro de los frutos del del Espíritu Santo, que da la capacidad de amar. Podemos ver el sufrimiento humano que es una gran barrera, para ser felices. A lo mejor el sufrimiento, Dios lo ha permitido para el crecimiento espiritual.

En cuánto a la generosidad, debemos pensar. Qué me hace ser más generoso, cuánto es mi vida soy muy generoso.

¡Con Dios siempre ganamos!