¿Qué le dicen los Carmelitas al mundo actual?, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
La devoción a la Virgen del monte Carmelo, es decir a la Virgen del Carmen, se inició en un cordón montañoso de 600 metros de altura cerca de la costa mediterránea de Palestina, al oeste del Lago de Galilea. Su nombre en hebreo es Carmel, que significa jardín famoso por su fertilidad y cubierto de viñedos. El 16 de julio de 1251 la Virgen del Carmen se le apareció a San Simón Stock y le entregó el escapulario para que lo usara como protección contra los enemigos. Le prometió que quien llevara el escapulario con fe y viviera de acuerdo a las enseñanzas de Jesús, en la muerte no iría al fuego del infierno.
También agregó: «Yo Madre de misericordia, libraré del purgatorio y llevaré al cielo el sábado después de la muerte, a quienes usen a diario mi escapulario. La vida en el convento de Los Carmelos, ofrece la posibilidad de una espiritualidad personal y una liberación interior, invita a un compromiso con la persona de Jesús y su mensaje.
Encarnando los valores del Evangelio, tratan de construir un nuevo cielo y una nueva tierra que se transforme en una nueva creación, eso implica que la persona se libere de sus ídolos interiores, ya que sin una conversión profunda no se puede ayudar a otros en su camino.
Los Carmelitas enseñan que cuando la presión existe o una tragedia llegue, cuando el coraje invade y distrae la paz o cuando las preguntas agonizantes confunden es cuando Dios parece estar ahí esperándonos para ayudar. Los carmelitas enseñan que hay que volver a Dios para escucharlo haciendo oración, ¿A dónde más podemos ir con todo el misterio, la frustración y las eventualidades de hoy?
En este siglo XXI, El Carmelo le dice al mundo contemporáneo que el corazón que escucha la Palabra de Dios, reflexiona sobre ella y se abre a los deseos de Dios, está viviendo como hizo María, la Madre del Carmelo, sabemos que debemos voltear hacia nuestro centro más profundo, buscar a Dios que es amor, los carmelitas, enseñan que a través de la inspiración de la Virgen María y del profeta Elías podemos convertirnos en portadores de Dios tanto en nuestra propia vida como en este mundo que necesita de sanación y esperanza.
La oración es hablar con Dios como el mejor amigo acerca de lo que sentimos, nuestras preocupaciones, nuestros sueños, alegrías, ideales, siempre el resultado de la oración es la calma, paz y dirección; en el silencio Dios habla y sabemos que hacer y a dónde ir.
En Venezuela desde los tiempos de la colonia los misioneros destinados a la evangelización inculcaron su devoción, es la patrona del ejercito, de los conductores y de los navegantes.
La devoción a la Virgen del Carmen se manifiesta en santuarios, capillas, templos, basílicas, catedrales parroquias e instituciones. Se celebran fiestas en honor a la Virgen del Carmen el 16 de julio con gran solemnidad, con misas, con golpe de tambor, cantos, bailes y parranda. A la Virgen se la saca a pasear por el mar, porque ella es la Estrella del Mar, los Carmelitas enseñan a celebrar con inmensa alegría a la Virgen del Carmen porque ella es la madre de Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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