Prohíben a peloteros jugar en Venezuela
Agencias
La tierra y la grama de Venezuela le traen buenos recuerdos a Ronald Acuña jr. Allí vio a su papá defender a Navegantes del Magallanes, Águilas del Zulia, Tiburones de La Guaira y Caribes de Anzoátegui. En los terrenos nacionales también dio sus primeros pasos como pelotero hasta firmar con Bravos de Atlanta en 2014, a los 16 años de edad. El sentimiento más razonable que lo puede embargar en este momento, ya convertido en una de las promesas más grandes del beisbol, es mostrarse en esos estadios en los que creció. Pero la lógica parece haber esquivado al país hace un buen tiempo.
Para la organización de Atlanta cada uno de sus prospectos no tiene nada que buscar en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, ni siquiera porque hayan nacido en la nación suramericana. Es una posición firme, tan incrustada en la médula de la franquicia, que el único permiso que consiguió Acuña jr. para jugar en la pelota invernal fue en un lugar a más de 17.000 kilómetros de las fronteras bolivarianas: Australia.
El caso sonó bastante en la temporada 2016-2017. Fue un suceso extraño y aislado para la época. No obstante, lo que antes era una rareza se transformó en la cruda realidad de la LVBP, el circuito prohibido para varios equipos de las Grandes Ligas.
A Atlanta se le unieron los Medias Rojas de Boston, Gigantes de San Francisco, Cardenales de San Luis y Dodgers de Los Ángeles. Juntos formaron el “ala radical”, como denominó un ejecutivo de la pelota rentada local al conjunto de organizaciones que dieron un no rotundo y ni siquiera quisieron negociar los salvoconductos para que peloteros extranjeros fueran contratados en Venezuela.
“Son esos los equipos que nos han puesto una luz roja inmediata, así como otros de la Liga Americana como los Azulejos de Toronto”, detalló un directivo de un equipo de la LVBP. “En ocasiones hemos hablado con un importado y al día siguiente nos llama o nos envía una carta para informarnos que ya no quiere venir. Todos los equipos atravesamos por eso”.
Si bien es una situación con la que ha tenido que lidiar cada una de las divisas, para Águilas del Zulia fue un balde de agua fría. Al menos a cuatro peloteros – entre los que estaba Matthew Lujan, lanzador zurdo perteneciente a San Francisco– les negaron casi en simultáneo el permiso para venir a jugar con los rapaces, indicó una fuente. Y no hay que darle muchas vueltas a la cabeza para saber el secreto detrás de esas decisiones.
“La situación del país, lógicamente, es lo que ha forzado a algunos equipos a tomar medidas”, indicó un miembro de gerencia, que también rinde cuentas a Major League Baseball desde Venezuela. “Más allá de lo político, muchos equipos prefieren que sus peloteros o prospectos vayan a Puerto Rico, República Dominicana o México para poder verlos con regularidad. No es lo mismo que una organización le pida a un scout o jefe venir y trasladarse por Venezuela, que decirle que vaya tranquilamente a otro país donde todo es más fácil”.
Además de la crisis económica, social y política que llevó a la gente a tomar las calles durante cuatro meses, tiempo en el que fueron asesinadas más de 120 personas, están las resquebradas relaciones entre Venezuela y Estados Unidos. El presidente de la potencia norteamericana, Donald Trump, ha decretado sanciones contra personas que ocupan altos cargos en el gobierno, al que no ha vacilado en calificar de “dictatorial”. Si bien nadie relacionado con la MLB ha querido abordar el tema, es lógico inferir que eso es tomado en cuenta por las cuidadosas franquicias de la gran carpa.
Salvavidas y contraataque. Toronto es una de las organizaciones que se ha comportado de forma extraña en el caos actual. Equipos del occidente de Venezuela la señalan como una de las que debería estar en el “ala radical”, mientras que otras la ven como una divisa que todavía no ha fijado una posición definitiva.
“Con ella nos ha costado un poco, pero en este momento está revaluando algunos casos”, admitió un gerente. “Esas reconsideraciones nos hacen un poco más fácil el trabajo, que se ha trabado bastante. De todas maneras, lo mejor es adaptarnos y tratar de intentarlo hasta el final”, agregó.
La situación ha hecho que salgan a flote el poder de convencimiento, los contactos y hasta los talentos de vendedores de algunos de los ejecutivos venezolanos. “A veces hay que promocionarles o recordarles a los jefes de MLB lo que influye la LVBP en el desarrollo de un pelotero”, contó un mandamás de la región central. “Decirles lo que es verdad: sus talentos no se van a desarrollar mejor en otra parte que en Venezuela. Eso sirve. Algunos de los equipos entienden eso y al final ceden, con restricciones, obviamente”.
Esa filosofía es compartida por Cristóbal Colón, gerente deportivo de Tiburones de La Guaira. “Que un muchacho de esos tome cien turnos aquí, o incluso muchos menos, es una ganancia para la experiencia del pelotero y por ende para la organización a la que pertenezca. Es una liga que en algún momento del año se puede tornar Triple A, es competitiva”.
De acuerdo con Colón, los escualos se han encontrado con organizaciones prestas a colaborar. Al menos tres fuentes señalaron que los Cerveceros de Milwaukee y los Rockies de Colorado son franquicias que han atendido a los litoralenses.
“Todo esto ha dificultado un poco la gerencia para algunos de nosotros (las novenas de la LVBP)”, agregó Colón. “Si tuviera que ilustrarlo mejor diría que darle un hit a Félix Hernández puede que sea más fácil que la tarea que hemos tenido que hacer”.
Así como Águilas y Tiburones, la negativa de algunas organizaciones también es admitida por fuentes de Tigres de Aragua, Navegantes del Magallanes, Caribes de Anzoátegui, Leones del Caracas y Bravos de Margarita. A pesar de todo, esta última divisa cataloga las vicisitudes como parte del largo e intrincado camino que se debe recorrer en el Caribe para firmar a un extranjero.
“Así como hemos recibido negativas de algunas organizaciones, nos hemos encontrado con otras que han sido muy cercanas para negociar permisos”, dijo Manuel Rodríguez, gerente deportivo de los insulares y quien fue parte del tren ejecutivo de la dinastía bengalí, así como de los escualos. “No sé si compararlo con años anteriores, pero es parte del proceso. Quizás hay menos equipos que quieren dar permisos”.
La aparente escasez de peloteros importados afiliados al beisbol organizado ha elevado el valor de los jugadores que están en Ligas Independientes (circuitos que no están emparentados con franquicias de las Grandes Ligas).
Es fácil entenderlo si se compara con la cotidianidad de los venezolanos. Ahora en un supermercado no se hallan los productos de las marcas preferidas, sino otras que quizás antes eran la segunda opción y además están más caros. Pues los clientes terminan pagando porque es lo que único que hay. Así les ocurre a los equipos del país cuando buscan contratar a algún foráneo.
“En Tiburones, aunque es valioso el trabajo que realizan nuestros scouts afuera, es muy importante lo que hace Luis ‘Machete’ Rodríguez (coach de banco) en Ligas Independientes”, señaló Colón. “Los peloteros independientes saben que se han convertido en pepitas de oro”.
Así, con los ojos puestos en los marginados por la MLB y con una labia que pareciera provenir de la escuela de Odiseo, algunos de los ejecutivos de la LVBP tratan de llenar la cuota de 9 importados. De todas maneras, es una pelea que las Grandes Ligas ganarán eternamente, pues siempre se librará en su ring, con sus guantes, cuerdas y réferi. Según un trabajo publicado por el periodista Ángel Cuevas, del periódico zuliano Versión Final, 79 permisos habían sido negados hasta el miércoles en toda la pelota rentada.
Solo queda esperar por el comienzo de las ligas invernales y observar atentamente si se repetirán casos como el de Acuña Jr.; es decir, si algunas organizaciones preferirán a Australia para los venezolanos en vez de la LVBP, la liga del país prohibido en MLB.
LA CIFRA
9,9 Millones de dólares podrá comprar la Liga Venezuela de Beisbol Profesional al Gobierno a tasa preferencial. La cantidad fue confirmada esta semana con la Vicepresidencia de la República.
Con inf del Nacional