Primeros pasos hacia la Independencia, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Desde nuestros primeros años de escuela aprendimos que el 19 de abril de 1810 se declaró la independencia de Venezuela, que el 5 de julio de 1811 sentenció la carta que sentenció nuestra irrenunciable decisión de ser libres.
Aprendimos acerca de hombres y mujeres cuyos grandes ideales y valor hicieron posible la consecución de nuestra independencia, convirtiéndose en próceres excepcionales que lucharon en una larga y cruenta guerra donde se forjó nuestra libertad. Hoy como venezolanos, reconocemos que tenemos un pasado común que se inicia con la independencia y se convirtió en el proceso más importante de nuestra historia, por la que obtuvimos la libertad.
Nuestros próceres siempre fueron personas de fe que se apoyaron en la virgen María, en la fe en Jesús Nazareno, en el santísimo sacramento para lograr el triunfo de sus grandes luchas libertadoras, por ejemplo, desde 1725 al graduarse de la universidad los estudiantes hacían el siguiente juramento:
“Juro frente a Dios y los santos evangelios conservar y pura e ilesa la santa religión católica, apostólica y romana única y exclusiva en estos países y defender el misterio de la concepción inmaculada de la virgen María, nuestra señora”.
Otro ejemplo es el general José Antonio Páez que hacía que su ejército se bajara de los caballos y se arrodillaran cuando pasaran por un pueblo donde había una procesión de la Virgen. Son muchas las anécdotas del general Simón Bolívar atribuyéndole el triunfo de sus batallas y la victoria sobre sus enemigos a la virgen, entre ellos, el haber pasado por Guanare y arrodillarse con el ejército frente a la imagen de la virgen de Coromoto pidiéndole su ayuda para la gran batalla que iban a librar en Carabobo justo un mes después.
Lo mismo el General José Feliz Rivas en lo que conocemos como la batalla de la juventud, la cual al ganarla escribió: “La intercesión de la virgen María fue la que nos llevó al triunfo”.
El 19 de abril de 1810 coincidió con el jueves santo, fue el primer acto formal del proceso de independencia de Venezuela, en el cabildo de Caracas se cuestionaba la autoridad del Capitán General de Venezuela Vicente Emparan, y cuando las personas alentadas por el sacerdote José Cortés de Madariaga contestaron que no emparan pronunció su célebre frase: “Pues si ustedes no quieren que les mande, yo tampoco quiero mando”.
El 19 de abril fue un acto esencialmente civil, que dio inicio a una gesta de carácter civil. Todos los sucesos que ocurrieron entre 1810 y 1812 fueron de carácter civil y estuvieron sustentados magistralmente con argumentos jurídicos y políticos.
Desde el acta del 19 de abril de 1810 pasando por el acta de independencia del 5 de julio de 1811, la declaración de los derechos del pueblo, hasta la primera constitución de Venezuela el 21 de diciembre de 1811 concedían un estado constitucional moderno sobre las ruinas del régimen colonial español siempre colocando el nombre de Dios en el inicio de cada uno de estos documentos porque los venezolanos sabemos que hay que poner en todo a Dios porque con Dios ¡siempre ganamos!