+ VIDEO | Ichiro, primer japonés a las puertas de los 3.000 hits y de Cooperstown
Redacción 800 Noticias / Con información de MLB
Olvídense del total de imparables entre Japón y Estados Unidos, cantidad que supera el récord de Pete Rose de 4.256. Esa comparación es difícil y demasiado complicada. Pero en cuanto a las Grandes Ligas se refiere, Ichiro Suzuki es merecedor de un lugar en el Salón de la Fama de Cooperstown, sin duda alguna.
Con tres hits el domingo en la victoria de los Marlins sobre los Cardenales, Ichiro llegó a los 2.994 hits de por vida en las Mayores. El japonés se prepara para convertirse en el trigésimo jugador de la historia en conectar 3.000 indiscutibles en las Grandes Ligas.
Dicha cantidad es increíble para un jugador que no empezó su carrera en el béisbol de Estados Unidos hasta los 27 años de edad. Ahora, a los 42, Ichiro batea .347 con OPS (porcentaje de embasado más slugging) de .829.
Fue inmediato el impacto del jardinero en Grandes Ligas. En el 2001, Ichiro fue Novato del Año y Jugador Más Valioso de la Liga Americana, a la vez que ganó un título de bateo. Esa temporada también ganó el primero de 10 Guantes de Oro en forma consecutiva.
Además de lo individual, el dinámico bateador ayudó a los Marineros del 2001 a ganar 116 juegos, un récord. Y de paso, rompió el mito de que un jugador de posición japonés no podía triunfar en el béisbol de nuestro hemisferio.
El apogeo de Ichiro fue algo muy especial de observar. Como bateador, hizo contacto de manera incesante, ponchándose en menos del 10% de sus turnos. El guardabosque robó más de 30 bases en 10 de sus primeras 11 campañas en Grandes Ligas, con 40 estafas en su temporada de los 37 años de edad.
En los jardines, Ichiro era bien veloz con un fuerte y acertado brazo. En resumen, era un jugador completo. De las cinco herramientas básicas del béisbol, Ichiro exhibió cuatro de ellas. Como primer bate, no fue jonronero. Pero si uno observaba al japonés realizar sus prácticas de bateo, sabía que podía sacar la bola con mucha facilidad. Al fin y al cabo, el estelar sacrificó el poder para embasarse con consistencia.
Después de varias temporadas con números en declive, Ichiro ha vuelto a brillar jugando a tiempo parcial con los Marlins.
Ichiro alcanzará los 3.000 hits en Grandes Ligas en un futuro cercano. Sin embargo, el veterano ha aceptado su rol en Miami de no jugar todos los días.
«Si estuviera jugando a diario, sabrías que (llegaría pronto a los 3.000 hits)», dijo el manager de los Marlins, Don Mattingly. «Pero con nuestra situación, no se sabe cuánto demorará. Creo que estos muchachos quieren ganar e Ich está jugando dentro de ese contexto».
El domingo, Ichiro dio dos sencillos y un doble, empujando una carrera y anotando otra.
No es de lugar ahora mismo el debate reciente acerca de la importancia de que Ichiro tiene más hits que Rose al sumar sus imparables en Japón. Rose es el líder de todos los tiempos en Grandes Ligas con 4.256, y punto.
Pero eso tampoco disminuye lo hecho por Ichiro en las Mayores. Era digno del Salón de la Fama aun antes de acercarse a los 3.000 indiscutibles. Dicha cantidad de hits sirve para fortalecer el argumento de Ichiro para Cooperstown como uno de los grandes del béisbol y primer japonés en el llamado templo de los inmortales.