Previo a la Semana Santa, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Es importante saber que, así como la navidad tiene una fecha fija para celebrarse, la semana santa no tiene fecha fija, y eso que es para los católicos la celebración más importante del calendario litúrgico porque se recuerda la resurrección de Jesús. La razón de esto es porque la muerte de Cristo ocurrió cerca de la pascua judía.
En los evangelios se dice que Jesús se reunió con sus doce discípulos para celebrar la pascua, fecha en que recordaban la salida de los judíos de Egipto y que esa fue la última cena de Jesús. Las fechas de las fiestas judías son móviles porque su calendario sigue los ciclos lunares y no el calendario solar.
Según la biblia, la muerte y resurrección de Jesucristo ocurrieron en el mismo momento de la pascua judía que se celebraba en la primera luna llena después del equinoccio de primavera. Con el paso del tiempo, la iglesia comenzó a unificar la fecha de la pascua y desde el primer concilio ecuménico de Nicea en el año 325, la semana santa se celebra el primer domingo de luna llena después del equinoccio de la primavera, es decir, alrededor del 21 de marzo.
A partir de ese momento la fecha de pascua dependía de la aproximación eclesiástica del 21 de marzo para el equinoccio de primavera, esta decisión se tomó para relacionar la semana santa con la luna llena de forma de que durante ella haya una luna llena porque Jesucristo murió en la cruz un viernes con luna llena.
Durante los tres primeros siglos de la iglesia, la pascua se refirió específicamente a la celebración de la pasión y muerte de Cristo, en total el termino pascua significaba Cristo como el nuevo cordero pascual. Juntos, el misterio de la ultima cena, el sacrificio del viernes santo y la resurrección de la pascua, forman la nueva pascua, de hecho, durante los tres primeros siglos de la fe era la única fiesta que se celebraba.
Antes de celebrar estos días tan importantes, históricamente se ha tenido la costumbre de celebrar una fiesta a la virgen maría recordando los dolores que ella sufrió sobretodo durante la pasión y muerte de Jesucristo, ese día se conoce como viernes de concilio o viernes de dolores, aunque la fiesta de Nuestra Señora de los dolores se celebre el 15 de septiembre, osea el día después de la exaltación de la santa cruz, el Papa San Juan Pablo II, quiso mantener un recuerdo especial a los dolores de la santísima virgen el viernes antes de que comenzara la semana santa.
Sobretodo en la edad media empezaron a surgir devociones a los 7 dolores de la virgen María y se compusieron himnos con los que los fieles manifestaban su solidaridad con la virgen dolorosa. En Venezuela hay tradiciones antiguas relacionadas con este viernes de concilio como son, por ejemplo, una procesión de palmeros el viernes anterior al domingo de Ramos, y las procesiones con la virgen Dolorosa.
Con el domingo de Ramos se inicia la semana mayor, recordando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén para llevar a cabo su misterio pascual. La iglesia consciente de la importancia de la madre de Dios incluye su recuerdo en este tiempo fuerte de celebración en que ella acompaña a su hijo Jesucristo en su pasión porque ella dedicó su vida a Dios sabiendo que con Dios ¡siempre ganamos!