¿Por qué unirte al millón de niños rezando El Rosario?, por María Gacría de Fleury - 800Noticias
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Religión

María García de Fleury

Soy María García de Florí. El 18, 19 y 20 de octubre estamos invitados a unirnos al millón de niños rezando el rosario. Rezar el rosario y sentirnos en relación de hijos con Dios.

Y la Virgen es la que sostiene nuestro caminar con su amor y su ternura, llevándonos cada día a la fidelidad en las cosas diarias, para precisamente como ella, acompañar a Jesús desde su encarnación hasta la cruz, hasta la resurrección.

Y así llegamos a comprender que Dios se ha revelado y que nos ha salvado. Pensemos en el rosario como si fuera el océano. Hay algo en él para todos, ya sea que se considere un místico veterano que anhela profundizar en la oración con nuestro Señor, o sencillamente una persona normal y corriente que lucha por aprender a orar, o alguien que busca la ayuda del Señor.

El explorador de las profundidades marinas y el niño que construye castillos de arena en la playa pueden disfrutar del mismo océano mientras están en diferentes niveles. Y esto es cierto con el rosario.

El rosario, esa oración sencilla y humilde, puede llevarnos muy profundamente. Rezarlo calma nuestro corazón, permite que descansemos en la presencia de Dios. Las oraciones repetidas del rosario ayudan a estar más en contacto con los deseos más profundos de nuestra alma por Dios.

Antiguamente los monjes rezaban, rezaban 150 salmos, y las personas que no sabían leer, rezaban 150 Avemarías. El rosario es algo vivo. Cuando lo rezamos, podemos centrarnos en el nombre de Jesús en el centro de cada Avemaría. Simplemente podemos pronunciar el nombre de Jesús con amor ferviente y sincero.

Podemos reunir todos nuestros deseos en esa sola palabra, su hermoso y santo nombre, y con cada Avemaría podemos invocarlo. Como un amante que habla con el amado. Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, Jesús, Jesús. Lo mejor, amigos, es rezar el rosario completo.

Pero si no puedes hacerlo, puedes dividirlo en cinco partes. Una decena en la mañana, dos en el almuerzo, otra media tarde y otra en la noche. El rosario es como una capilla portátil que podemos guardar en nuestro bolsillo y sacar en cualquier momento y lugar.

Ya sea que tengamos una situación repetida, una situación repentina y urgente que presentarle a Dios en la oración, o simplemente queramos llenar parte de nuestro día con pensamientos de Dios. Todo lo que tenemos que hacer es sacar nuestras cuentas y volvernos al Señor en esta oración.

Pero si no tienes el rosario en físico, acuérdate que tienes los diez dedos de la mano. Y esos diez dedos puedes ir contando las Avemarías para cada decena.

De hecho, el rosario siempre está accesible. Ahora, es posible que no siempre puedas desconectarte mentalmente de las preocupaciones del día. Puede ser que estés muy cansado o demasiado para orar bien. Podrías estar distraído y ser incapaz de alcanzar las alturas de la contemplación.

Pero aún así, las palabras del rosario son bíblicas y son santas. Ofrecerle a Dios una decena del rosario a lo largo de tu día es algo hermoso. Incluso si se lo das sin mayor atención.

Le das a Dios un espacio en tu día. Lo estás llenando con palabras de alabanza para Él. Y eso hace que puedas vivir más en paz. Puedas vivir con más energía.

Porque estás con Dios. Y con Dios siempre ganamos.

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