¿Por qué soy católica?, por María García de Fleury - 800Noticias
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En una serie de ocasiones me han preguntado por qué soy católica si hay tantos problemas dentro de la iglesia; mi argumento más fuerte es que ésta es la única iglesia fundada por Jesucristo.

A Simón, Jesús le dijo: “De ahora en adelante te llamarás Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia y las puertas del infierno no podrán contra ella”. Jesús dijo “mi iglesia”, no dijo una iglesia.

Por eso la iglesia de Cristo es una sola, al estar formada por seres humanos, hombres y mujeres, tienen defectos, pero al ser fundada por Cristo tiene una parte divina, una gracia especial, que a pesar de todos los errores humanos que se puedan cometer, la iglesia siempre se va a mantener en pie, con más fieles, con menos fieles, pero nunca va a desaparecer.

Desde que Jesús la fundó, hasta nuestros tiempos, existe una sucesión apostólica ininterrumpida desde los primeros discípulos hasta nuestros días, por eso somos la iglesia católica, apostólica y romana, porque heredamos las enseñanzas de los apóstoles de forma directa, esta es la iglesia que Jesús fundó sobre Pedro, para dar testimonio a todo el mundo de su amor y para continuar su tarea. Somos sus enviados directos, representantes de su amor y su misericordia.

En la iglesia católica hay cabida para todas las personas, no se necesita tener un perfil determinado, allí hay frágiles, débiles, marginados, los que pecan una y otra vez, los confundidos, los que tienen fe, los sabios, los ignorantes.

Amigos, nosotros somos por naturaleza seres sacramentales, es decir, necesitamos visibilizar aquello que es inmaterial, no por falta de fe sino porque ayuda a comprender los misterios y a vivirlos. Los sacramentos son una expresión visible de una gracia invisible que dios quiere darnos y que ha dejado como regalo para la humanidad.

Dios ha dispuesto y ordenado que vivamos sacramentalmente, que practiquemos los sacramentos y que se administren como iglesia, por eso hay sacramentos para todos los momentos de la vida.

Sacramento de inicio: bautizo, confirmación y eucaristía, Sacramentos de curación: confesión y unción de los enfermos, sacramentos de servicio a la comunidad: matrimonio y orden sacerdotal, pero esto no es solo una representación simbólica, es Dios real y vivo actuando de forma sobrenatural en la vida de cada uno de nosotros; los sacramentos infunden en quienes lo viven una gracia especial que capacita, fortalece y anima a perseverar en nuestra vida cristiana.

Es Dios mismo que se relaciona con nosotros de forma tangible, Dios viene a nosotros, realmente se acerca, forma parte de nosotros mismos, entra en nuestra vida de forma real, soy católica porque además de estar fundada por Cristo y recibir la presencia de Dios a través de los sacramentos, sé que la iglesia católica es mucho más que misas, somos la organización mundial más grande en cuanto a ayudas a personas desfavorecidas, sean pobres, enfermos, perseguidos, refugiados, niños, jóvenes, adultos, mayores.

Cuando pensamos en una situación que afecta la salud de las personas, ahí encontramos una institución dependiente de la iglesia católica que se hace cargo, porque todo lo hace con la mirada puesta en Dios y con Dios ¡siempre ganamos!