¿Por qué hay tanto sufrimiento? por María de Fleury
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Hoy estamos viviendo, sintiendo y padeciendo el hecho de que el mundo está lleno de sufrimiento y todos los sentimos en mayor o en menor escala. A veces la gente sufre como resultado directo de sus propias y malas decisiones, acciones pecaminosas, irresponsables voluntariamente; ¿Pero qué pasa con las víctimas de la traición? ¿Qué sucede con los inocentes que sufren? ¿Por qué Dios lo permite?, eso lo hemos pensado mucho y recordemos que en el evangelio dice que cuando llevaron un ciego de nacimiento frente a Jesús, Jesús» le dijo esto sucedió para que las obras de Dios se manifestarán en él».
Cuando le avisaron a Jesús en otro momento que Lázaro estaba enfermo de muerte Jesús les dijo «esta enfermedad no terminará en muerte sino que es para gloria de Dios y el hijo del hombre será glorificado por ella».
En el capítulo 13 de san Lucas, Jesús hablo sobre la muerte de algunas personas que murieron en un accidente y dijo «es que aquellos dieciocho personas sobre las cuales cayó la torre en Siloé y los mató piensan que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén?, pues les digo que no, si no se convierten todos morirán del mismo modo.
En varios casos de sus descartó la idea de que la tragedia y el sufrimiento son el resultado del pecado personal, hizo hincapié en el hecho de que vivimos en un mundo lleno de pecados y sus efectos, por lo tanto todos debemos arrepentirnos.
En extremo doloroso el sufrimiento de un niño, porque los niños son lo más cercano a la inocencia que jamás hayamos visto en este mundo y para ellos el sufrimiento es verdaderamente trágico; la buena noticia es que Dios no nos dejo aquí para que sufriéramos inútilmente. Los inocentes podrán sufrir como el caso de Job, pero Dios puede redimir ese sufrimiento.
En algunos casos frente a la ceguera espiritual de los hombres y mujeres nuestro amoroso y misericordioso Dios usa el dolor y el sufrimiento para atraernos hacia él. Jesús dijo «en el mundo tendrán aflicciónes».
Las pruebas y las angustias son parte de lo que significa ser un ser humano en un mundo caído, en Cristo tenemos un ancla que se mantiene firme en todas las tormentas de la vida y es el momento de desesperación y tristeza cuando muchos de nosotros nos acercamos a Dios y al acercarnos siempre lo vamos a encontrar esperándonos para consolarnos, para sostenernos en todo momento demostrándonos que es un Dios fiel y enseñándonos cómo a través de las pruebas somos capaces de consolar a otros de la misma manera.
La forma en la que respondemos al sufrimiento especialmente cuando somos inocentes de las malas acciones, está determina por la autenticidad de nuestra fe, san Pedro en su primera carta dice «los que tienen fe en Jesús saldrán de la prueba con su fe intacta habiendo sido probados por el fuego para que sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado en Jesucristo».
Amigos Dios usa el sufrimiento para apartarnos nuestros ojos de este mundo, para que nos fijemos en la felicidad eterna, en el cielo que está esperándonos productos de creer y vivir lo que Jesucristo enseñó porque él es Dios y con Dios siempre ganamos.