¿Por qué el terremoto de magnitud 7,1 fue más devastador que el de 8,2? - 800Noticias
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El terremoto magnitud 7,1 en la escala de Richter que azotó el centro de México este 19 de septiembre ha provocado el derrumbe de 38 inmuebles tan solo en la capital mexicana. También ha causado el daño estructural a decenas de edificios en los estados de Puebla y Morelos. Sin embargo, el pasado 7 de septiembre, un sismo de magnitud 8,2 había sacudido los estados de Oaxaca y Chiapas, provocando daños menores en el centro.

¿A qué se debe que este sismo haya sido más devastador en esta zona? Arturo Iglesias, investigador del departamento de sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, explica a Verne que la distancia del epicentro para el sismo de este 19 de septiembre fue mucho más cercana y con una profundidad muy baja.

“La distancia epicentral de los dos sismos con respecto de la ciudad son diferentes, en el primero la distancia fue mayor de 600 kilómetros mientras que el sismo de ayer tuvo un epicentro menor a 150 kilómetros de la Ciudad de México. A pesar de que la magnitud es menor, el efecto de la cercanía acentúa las intensidades que se perciben en la zona afectada en la capital, Morelos y Puebla”, refiere el especialista.

En términos técnicos, este terremoto ocurrió en la placa de Cocos subducida (que va por debajo de otra placa), a una profundidad de 50 kilómetros. Según refiere el también analista del Servicio Sismológico Nacional, la placa de Cocos se está moviendo por debajo de la placa Norteamericana, razón por la que el epicentro se provocó en el centro de México y no en las costas del Pacífico, como ocurrió el 7 de septiembre. En esta zona es donde se originan la mayor parte de los sismos en México.

“Salvo la Península de Baja California, todo el territorio nacional se encuentra debajo de la placa Norteamericana, pero el movimiento en este sismo se dio al centro por el movimiento de la placa de Cocos, que es de un tamaño mucho menor”, indica Iglesias.

La distancia menor entre el epicentro y los lugares donde sus efectos fueron mayores es también la razón por la que la alerta sísmica no haya funcionado con anterioridad. “Aunque el Servicio Sismológico no opera esta alerta, podemos decir que fue también la distancia más corta la que provocó que no hubiera tiempo para reaccionar con anticipación”, dice Iglesias.

¿Por qué ocurrió precisamente el 19 de septiembre, 32 años después del gran sismo de 1985? En términos científicos, no hay ninguna explicación más que la casualidad, pues no existe una temporada de mayor sismicidad o donde haya sismos más fuertes. «Es una sorprendente coincidencia hasta donde podemos entender. No es posible pensar en ninguna periodicidad estacional, mensual ni por temporada, realmente no hay ninguna probabilidad», dice Iglesias.

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