Por qué el boxeo se afirma como un tratamiento contra el Parkinson
800 Noticias | Agencias
Por definición, el Parkinson es una enfermedad progresiva del sistema nervioso central que afecta el movimiento. Los síntomas comienzan gradualmente. A veces, empieza con un temblor apenas perceptible en una sola mano. Si bien este tipo de temblores son habituales, la enfermedad neurodegenerativa también suele comenzar con rigidez o disminución del movimiento en alguna parte del cuerpo.
Se trata de una enfermedad que no tiene cura ni tratamiento específico. Los médicos neurólogos y fisioterapeutas, recomiendan la realización de ejercicio físico para paliar y hasta mejorar los síntomas de Parkinson, ya que muchos estudios científicos avalan la práctica deportiva para retrasar la aparición de sus manifestaciones.
Uno de los deportes que más ha crecido como terapia para pacientes con Parkinson, llamativamente es el boxeo. Pero se trata de una modalidad diferente al clásico deporte que se practica en forma amateur o profesional. Se trata del boxeo sin contacto, una modalidad de este deporte que no implica recibir golpes, por lo que no hay riesgo de traumatismo craneoencefálico.
En diálogo con Infobae, la doctora Marcela Alvarado Morales, neuróloga del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas del Ministerio de Salud de Perú y especialista del Departamento de enfermedades Neurodegenerativas y Movimientos Anormales, explicó: “El boxeo sin contacto es una de las actividades físicas que ayudan notablemente en el tratamiento de los pacientes con Parkinson en etapa temprana, ya que “enseñan a los pacientes a que disminuyan las caídas y coordinen mejor los movimientos e incluso les enseñan a cómo caer”.
“El boxeo ayuda a los pacientes a no tener temor al momento de caminar e incluso, sepan cómo caer y evitar lastimarse”, recalcó la experta peruana y destacó que lo ideal es “practicar este deporte es lo más temprano posible, apenas se hace el diagnóstico, ya que el paciente todavía puede sostenerse y mantenerse en pie”.
“La actividad física en el paciente con Parkinson representa el 50% del tratamiento. Los medicamentos representan el otro 50% y ayudan, pero la actividad física bien hecha y el boxeo se considera que ayuda a la parte motora, porque mejora los movimientos, ayuda a que el paciente esté en constante alerta, a que tenga reflejos para evitar caídas, mejora la marcha y les ayuda a estar con la mente despierta y alertas para evitar los golpes que dan durante sus entrenamientos”, subrayó Alvarado Morales.
En primera persona
Cheryl Karian, una asistente médica jubilada de 72 años que vive en Houston, EEUU, afirma que el boxeo es medicina. A ella se le diagnosticó la enfermedad de Parkinson en 2020. Si bien no compite en forma profesional, todos los martes y jueves entrena durante una hora en un gimnasio. Antes de su diagnóstico, Karian corría, jugaba tenis y tenía un trabajo exigente cuidando pacientes en el MD Anderson Cancer Center. Todo esto cambió en los años previos a su diagnóstico en 2020, ya que comenzó a experimentar dificultades cognitivas y caídas frecuentes. “No puedo hacer lo que solía hacer”, dijo un día después de una clase de boxeo al diario The New York Times.
Junto con otros dos participantes de la clase, Karian practicaba shadowboxing, o puñetazos en el aire, bajo la dirección del boxeador profesional Austin Trout, conocido como No Doubt Trout. Era parte de un programa llamado Rock Steady Boxing, que se especializa en el entrenamiento de boxeo sin contacto para pacientes con Parkinson. Cuando Trout dio instrucciones: “¡Uno, dos! ¡Uno, dos, resbalón! — Karian lanzó diferentes golpes, esquivando y girando la cabeza; todo mientras mantenía la postura de piernas anchas de un boxeador.
Nancy Van Der Stracten, es otro caso similar. Se trata una mujer de 75 años que padece Parkinson y es conocida cariñosamente por los lugareños como “tía Naciye”. Tres veces por semana, se sube al ring de boxeo y comienza a luchar contra los síntomas graves de la enfermedad. “No detiene el Párkinson, que es una enfermedad degenerativa. Nunca se detiene, pero puedes … frenarlo “, dijo Van Der Stracten en una entrevista a Reuters.
Una enfermedad tratable
Esta enfermedad es considerada como una de las patologías neurodegenerativas más comunes relacionadas con la edad y afecta al 1% de los pacientes mayores de 60 años y al 0,3% de la población general, según la Escuela de Medicina de la Universidad de Texas. En tanto, en la Argentina se calcula que más de 90.000 personas conviven con esta enfermedad, según la Asociación Parkinson Argentina.
“Se trata de una afección del sistema nervioso central causada por la pérdida de células productoras de dopamina en el cerebro. Se la considera una condición neurodegenerativa, porque las células nerviosas (neuronas) en el cerebro que controlan el movimiento se deterioran y se pierden”, explicó el doctor Carlos Alberto Ciraolo especialista en neurocirugía (MN 70.603), jefe de la sección neurocirugía funcional y estereotáctica adulta y pediátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires.
En ese sentido, el experto señaló que “el faltante de dopamina genera que los mensajes cerebrales no sean transmitan de la forma adecuada, lo que da como resultado que los movimientos, coordinación, tono muscular y el equilibrio se vean afectados drásticamente, entre otras cosas. También es considerada una enfermedad progresiva, lo que significa que los síntomas aparecen gradualmente y empeoran lentamente”.
“La enfermedad de Parkinson es, básicamente, una patología neurológica degenerativa que compromete la motricidad. Los pacientes tienen movilidad lenta, dan pasos cortos, están rígidos, tiemblan, padecen problemas de equilibrio, caminan como cayéndose para adelante y su postura es en flexión, como la de un esquiador”, explicó a Infobae el médico neurólogo Alejandro Andersson, director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INEBA).
“Cuanto más pronto comiencen a ejercitarse las personas después de recibir un diagnóstico de Parkinson, y cuanto más alta sea la intensidad de ejercicio que alcancen, mejor estarán”, dijo Marilyn Moffat, terapeuta física y docente en la Universidad de Nueva York al diario The New York Times.
“La potenciación de la actividad muscular, adecuándose al paciente, por medio de ejercicios de movilidad y elongación, es muy beneficiosa para conservar el tono muscular y el rango de movimiento de las articulaciones”, sumó Andersson. “Se ha demostrado que varias actividades son benéficas, incluyendo el ciclismo, el box, el baile y caminar hacia adelante y hacia atrás en una caminadora. Si a alguien no le gusta una de estas actividades, hay otras que pueden dar los mismos resultados positivos”, completó el especialista.
En tanto, el neurólogo del Hospital Medicana en Estambul, Geysu Karlikaya, señala que el boxeo sin contacto es bueno para el cerebro, por lo que es bueno para la enfermedad de Párkinson. “¿Curará la enfermedad de Párkinson? Probablemente no porque sea un trastorno neurodegenerativo, pero mejora la calidad de vida de los pacientes”, explicó.
“Al paciente con el diagnóstico de Parkinson se le recomienda, además de los medicamentos, llevar terapia física y actividad física, estudios neuropsicológicos (para pacientes que ya presentan alteraciones neurocognitivas), exámenes de alteración de la memoria y asesoría nutricional. Otras actividades físicas que son de gran ayuda para los pacientes son: el yoga, porque ayuda en la parte de la elasticidad, equilibrio y flexibilidad. El tai-chi, sobre todo en los adultos mayores; la natación, el baile y media hora de caminata”, apuntó la neuróloga del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas de Perú.
“Tener un tratamiento adecuado, puede retardar entre 5 a 10 años y el paciente puede mantenerse funcional, pero no solo en la parte motora sino también en la memoria”, manifestó Alvarado Morales.
Beneficios de un deporte polémico
La terapia de boxeo llama la atención al ser un deporte que tiene una de las tasas más altas de conmoción cerebral y lesiones cerebrales . Si bien no está claro que toda una vida de conmociones cerebrales pueda causar Parkinson, puede aumentar el riesgo de padecerlo. Muhammad Ali, una de las figuras más icónicas del deporte, desarrolló la condición después de una carrera profesional en la que desgastó a los pesos pesados más duros de su tiempo al recibir golpe tras golpe.
En las clases de Rock Steady, los participantes no reciben golpes; solo los tiran. Ryan Cotton, el director científico de Rock Steady Boxing, recomienda centrarse en la movilidad y el equilibrio y evitar el esfuerzo excesivo. La postura de piernas anchas de un boxeador y el centro de gravedad cambiante al lanzar un puñetazo parecían perfectos para entrenar el equilibrio y la postura.
En los años transcurridos desde la aplicación del programa, la investigación ha demostrado que muchas formas de ejercicio de alta intensidad , y en particular el boxeo, pueden retrasar la progresión de los síntomas de Parkinson. El boxeo también parece ayudar con otros trastornos neurológicos, como la esclerosis múltiple y el accidente cerebrovascular . Rock Steady ha crecido a más de 850 programas afiliados en 17 países, con programas de capacitación y certificación para entrenadores como Trout, que desean ofrecer capacitación específica para personas con enfermedad de Parkinson con síntomas de diversa gravedad.
Otro programa exitoso de boxeo frente al Parkinson es el que se estudia en Colombia. La implementación del programa se realizó en las instalaciones de la Institución Universitaria Escuela Colombiana de Rehabilitación de Bogotá. El programa de entrenamiento de boxeo utilizado estuvo constituido por 36 sesiones distribuidas en 12 semanas. Cada sesión tuvo una duración de 60 a 90 minutos. Se iniciaba 15 a 20 minutos con ejercicios de calentamiento, como estiramientos dinámicos y ejercicios de resistencia aeróbica de baja intensidad, seguidos por 40 a 60 minutos de entrenamiento específico, constituido por ejercicios de resistencia aeróbica en maquina caminadora, elíptica, bicicleta estática y salto con cuerda; ejercicios fuerza mediante autocargas; ejercicios resistidos con mancuernas y fitball; ejercicios de agilidad, destreza y coordinación de movimiento, mediante actividades que involucran las extremidades y todo el cuerpo de manera general y segmentaria, en conjunto con tareas específicas de boxeo como golpes a los sacos y a la pera de velocidad, acciones de defensa, desplazamiento y cambios de ritmo.
Como resultado final, los médicos a cargo de la evaluación del programa de boxeo contra el Parkinson, afirmaron que la valoración cognitiva posterior a la ejecución del programa de ejercicio basado en boxeo demostró cambios favorables en la velocidad de procesamiento y la capacidad en inhibición.
“Se observó declive en la planeación, la flexibilidad mental, la metamemoria y la memoria visuoespacial. Asimismo, bajos desempeños en funciones cognitivas agrupadas en el índice prefrontal anterior y estabilidad en las que componen el índice de la región dorsolateral. Si bien el declive podría estar asociado con la neurodegeneración esperada de la enfermedad, la cual es ampliamente variable, el encontrar procesos estables y leve favorabilidad podría ser resultado de la intervención realizada. Futuros estudios deben considerar ampliar el número de participantes e incluir otras modalidades de intervención interdisciplinar con enfoque cognitivo, que permitan fortalecer las propiedades de la intervención teniendo en cuenta la heterogeneidad de las características clínicas de la enfermedad de Parkinson”, analizaron.
Encontrar el equilibrio
Alrededor de la mitad de todos los pacientes de Parkinson suelen caerse al perder el equilibrio. El entrenador Trout, como muchos entrenadores de boxeo, enseña a sus alumnos a mantener una postura estable mientras mantienen las manos junto a la cara y los brazos doblados para proteger el cuerpo y la cara. Y también entrena para caerse. “Este es un entrenamiento excepcional para la prevención de caídas”, dijo Ben Fung, un fisioterapeuta con sede en San Diego que se especializa en ayudar a los pacientes, incluidos los que tienen Parkinson, a evitar caídas y tiene experiencia en artes marciales mixtas. Muchas caídas ocurren cuando una persona intenta alcanzar algo o cambia de dirección o velocidad. Aprender la postura de un boxeador puede ayudar a mantener el equilibrio, mientras que mantener las manos en alto puede proteger el cuerpo y la cara de lesiones en caso de una caída.
Los participantes practican caídas como parte del plan de estudios Rock Steady. “Terminar en el piso es más común que no en las personas con Parkinson”, dijo el doctor Cotton, cuyo padre fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson unos años después de que comenzó a trabajar con Rock Steady.
Un estudio reciente de la terapia de boxeo encontró que los pacientes de Parkinson que se sometieron a entrenamiento dos veces por semana informaron menos caídas, y la cantidad de caídas aumentó durante los bloqueos de Covid-19 y volvió a disminuir una vez que se levantaron las restricciones y pudieron reanudar el entrenamiento. Esto es algo que Trout vio de primera mano, ya que muchos de sus participantes, o “luchadores”, como él los llama, regresaron de los encierros más rígidos y temblorosos que antes.
Con información de Infobae