Por qué duelen las rodillas y qué podemos hacer para evitarlo
Agencias
El dolor de rodillas es, junto a la pérdida de visión de cerca, una de las señales inequívocas de que nos estamos haciendo mayores (y no pasa nada). «Hay que aceptar que el envejecimiento fisiológico articular es un proceso natural en nuestras vidas», sentencia Raúl García Renedo, traumatólogo. La buena noticia, añade, es que «está en nuestras manos darnos cuenta de que podemos mejorar nuestra calidad de vida, tomando la decisión de cuidar nuestras articulaciones para rejuvenecerlas».
Este especialista asegura que «es normal que nos preguntemos cómo, si estábamos perfectamente, de repente, empezamos a sentir inestabilidad, debilidad y poca fuerza. A veces, notamos crujidos o chasquidos internos que producen ‘bloqueos'».
Ante estas primeras malas sensaciones, nuestra primera reacción suele ser «tomar medicamentos pero estos ni mejoran el dolor ni solucionan el problema y, de un día para otro, nos vemos limitados en nuestra actividad profesional y deportiva».
¿Por qué empiezan a doler las rodillas? «Edad, sobrepeso, problemas articulares como la artrosis, debilidad muscular, un giro brusco, esfuerzos físicos como andar o subir escaleras, deformidades de alineación de la pierna, lesiones deportivas, accidentes y traumatismo son algunas de las causas más frecuentes», explica García Renedo.
Nuestro estilo de vida no ayuda en absoluto: «Se trata de un problema muy frecuente en la sociedad actual. Cada vez dedicamos más tiempo al trabajo, olvidándonos de atender correctamente las necesidades de nuestro cuerpo. La vida es más sedentaria que años atrás; hemos descuidado la alimentación y, a todo esto hay que añadir ahora, los kilos de más que cogimos durante la pandemia».
A pesar de nuestras buenas intenciones, limitar nuestra actividad física al fin de semana también puede resultar contraproducente, sobre todo, a partir de cierta edad: «Debemos ser consciente de que no se pueden mantener las mismas facultades físicas a los 45-55 años que cuando se tienen 20 o 30 años. Intentar llevar una estilo de vida saludable el sábado y el domingo para compensar las horas de sillón, los excesos alimenticios o el estrés que ‘padecemos’ de lunes a viernes puede ser resultar beneficioso para nuestro cuerpo y nuestra mente, pero puede que nuestras articulaciones no estén preparadas para recibir tal impacto sin una preparación previa. El binomio sedentarismo/actividad deportiva intensa es un aliado del dolor articular», asevera.
CAUSAS
Estos son, según el doctor García Renedo, los principales desencadenantes de estas molestias:
- SOBREPESO: «Las rodillas reciben la carga del peso y un exceso de kilos facilita el deterioro del cartílago articular y de los meniscos que acaban provocando dolor. Por eso, una buena alimentación es una forma excelente de ayudar a nuestras rodillas a mantenerse fuertes y saludables. Combinándola con el ejercicio suave, además, ayuda a establecernos en nuestro peso ideal».
- ACTIVIDAD FISICA DE IMPACTO: «Un exceso de actividades físicas de impacto en las articulaciones (correr, saltar o disciplinas que impliquen giros bruscos en las rodillas, como el fútbol o el pádel) generan una sobrecarga en el cartílago, meniscos y ligamentos aumentado el riego de lesión en la rodilla. Para evitar lesiones, se recomienda llevar a cabo una preparación física adecuada, practicar rutinas de fuerza que nos ayuden a potenciar los músculos isquiotibiales y cuádriceps de la pierna para ganar estabilidad en la articulación de la rodilla y realizar un buen calentamiento previo antes de hacer deporte».
- ALTERACION EN LA PISADA: «A veces, puede existir una mala alineación de los miembros inferiores o la columna que alteran nuestra forma de caminar o correr. Una alteración de la pisada, por ejemplo, puede ser la causa de muchos dolores de rodillas, de cadera o de columna. El uso habitual de tacón altera la biomecánica de la marcha y condiciona a realizar pasos más cortos y una semiflexión en las rodillas que, a largo plazo, puede provocar una artrosis de rodilla. Un estudio biomecánico de la pisada determinará si hay alguna anomalía y la necesidad de utilización de plantillas».
- CONDROMALACIA ROTULIANA: «Si pasamos muchas horas sentados en el trabajo puede que sintamos dolor al levantarnos de la silla tras o al bajar y subir escaleras o pendientes. La causa se llama condromalacia rotuliana que es el daño del cartílago que se produce en la cara articular de la rótula. La extensión completa de rodilla es la posición de descanso y alivio del dolor articular».
- MENISCOS: «Dentro de la rodilla hay un menisco interno y otro externo que actúan como amortiguadores de la articulación. Con la edad, la propiedades visco elásticas se pierden. se cristalizan y los meniscos se vuelven más rígidos, aumentando el riesgo de fisura o rotura ,incluso sin traumatismo o golpe o ante cualquier giro o sobrepeso. Si notamos un pinchazo brusco, bloqueo o sensación de hinchazón son signos de alerta de que algo está pasando dentro de la rodilla».
- ARTROSIS: «Se produce un daño crónico e irreversible en el cartílago -el tejido que protege la articulación- de la articulación de la rodilla. Su capacidad regenerativa es limitada, por lo que se produce una degeneración progresiva con el tiempo. Una vez que la rodilla se queda sin cartílago, el fémur y la tibia rozan uno con otro, provocando dolor, inflamación e incluso protuberancias óseas en la articulación, denominado osteofito. Este hecho que causa rigidez y dificultad a la hora de realizar un movimiento. En casos como éste, hay que acudir a un especialista antes de que la rodilla llegue a alcanzar un daño irreversible en el cartílago».
¿Cuándo nos debemos de preocupar o, mejor dicho, ocupar en atajar la molestia? «Cuando el dolor continúo o el que aparece durante o después de realizar alguna actividad física, postura mantenida o movimiento específico -con moderada inflamación y aumento de tamaño de la rodilla con sensación de pesadez- nos limita la movilidad completa y no mejora con medidas convencionales de reposo, hielo y antiinflamatorios en un plazo razonable de 5-7 días».
«Fisioterapia personalizada (con y sin máquina de neuromodulación o magnetoterapia), infiltraciones analgésicas ecoguiadas (con terapias biológicas de plasma rico en factores de crecimiento, ácido hialurónico y ozonoterapia), bloqueos anestésicos o radiofrecuencia convencional y pulsada» son, según señala este especialista, los tratamientos médicos que nos pueden ayudar a solucionar nuestros problemas de rodilla antes de tener que recurrir a «una artroscopia, procedimiento mínimamente invasivo que ha desplazado a la cirugía abierta y se realiza de forma ambulatoria sin ingreso hospitalario; o un implante de prótesis, contemplado en casos de artrosis severa cuando el tratamiento conservador y que suele dar unos resultados excelentes», concluye.