¿Por qué defender el cristianismo?, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
El cristianismo con sus valores ha permitido desarrollar todo el potencial humanista del hombre, la tradición humanista del mundo occidental es algo que estamos en la obligación de conservar y de defender. Los valores cristianos heredados a través de generaciones desde hace dos milenios destacan la importancia que tiene la vida humana, precisamente sobre ese principio es que la sociedad occidental valora la vida del ser humano como ninguna otra lo hace y por eso se han creado las comunidades que buscan el respeto, la paz, el orden.
Frente a los crímenes, la violencia y los abusos en contra de los Derechos Humanos, los occidentales no nos acostumbramos y seguimos preguntándonos ¿Cómo es posible?, lo hacemos por nuestras profundas creencias cristianas; el quinto mandamiento de la Ley de Dios resulta muy claro: «No matarás».
Nada ha podido escapar de la palabra de Dios en una sociedad cuyas bases morales vienen de Cristo, de su ejemplo y de la manera en que San Pablo fundó las comunidades cristianas. Al final nada tenemos que ver con la vida anterior a la aparición del Cristianismo, nosotros no medimos el éxito de un hombre en función de cuántas personas haya matado en batallas, ni nuestras economías están sostenidas por esclavos, todos esos pilares que mantenían el mundo clásico antiguo cambiaron con la fe cristiana.
Para poder discutir a dónde vamos, necesitamos saber de dónde venimos, el mundo occidental, incluyendo a los creyentes de las distintas religiones, a los ateos y a los agnósticos, están llamados a aceptar la realidad de que sin el cristianismo no solo los valores morales de Occidente serían muy distintos, sino también las reglas legales de la sociedad en la que vivimos.
Miremos a otras partes del mundo y la manera en que los seres humanos son tratados, esclavos del siglo XXI, asesinatos a sangre fría, ahorcamiento en grúas, decapitaciones donde algo tan cotidiano para nosotros los occidentales como la libertad de expresión, puede terminar con tu vida o donde una turba de hombres pide que se la pide a una mujer adúltera. El cristianismo habla del respeto a los derechos humanos, respecto a la vida, a la familia, el derecho a la educación de hombres mujeres y niños.
Hoy como nunca es esencial mirar las raíces de nuestra cultura, venimos de la filosofía griega, del derecho romano que junto con el antiguo y el nuevo testamento cristiano y judío conforman una gran tradición. Podremos tener diferencias en la cultura occidental, pero las bases son las mismas. El cristianismo es el legado más influyente y duradero de la antigüedad y su surgimiento constituye la revolución más radical que ha conocido la historia, el mundo occidental Ha crecido desde las bases del cristianismo.
Amigos, para vivir en una sociedad con respeto progreso, armonía, paz, orden, es necesario defender nuestras raíces cristianas porque han sido dadas por Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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