Por qué comprar ropa no aumenta nuestro bienestar
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Comprar ropa es unplacer para muchos. Es habitual disfrutar probándose diferentes vestidos, trajes, camisas, pantalones, etc., y adquiriendo los que más les gusten para lucirlos tanto en el día a día como en las ocasiones más especiales. Sin embargo, hay que tener cuidado de que esta actividad no se nos vaya de las manos, ya que tras el «subidón» inicial de la compra podemos acabar sintiéndonos mal y preguntándonos si realmente necesitábamos esa prenda, que luego en muchos casos apenas sacamos del armario.
Así lo explica @psicoparlante en su canal de TikTok, dedicado al mundo de la psicología y el coaching. Este psicólogo tiene muy claro que deberíamos hacer nuestras compras con responsabilidad y sin dejarnos llevar por nuestros impulsos, ya que al final ese tipo de acciones sólo nos traen una satisfacción muy pasajera, tras la cual llega el sentimiento de culpa.
«Comprar nos hace estar más felices, literalmente», admite. Cuando compramos algo que nos gusta, «nuestro cerebro libera dos hormonas, la serotonina y la dopamina, que nos crean necesidades y nos recompensan cuando las satisfacemos», explica el psicólogo. Además, esto también hace que «nuestra autoestima suba».
Los riesgos de este tipo de compras
Sin embargo, y tal como comentábamos antes, esa sensación de felicidad y autoestima es temporal, y de hecho dura bien poco. «Esto conlleva ciertos riesgos», aclara @psicoparlante en su vídeo. «Cuando yo me siento demasiado bien con una situación, mi cerebro me invita a repetirla, y podemos caer en el riesgo de ser compradores impulsivos con lo que ello conlleva», profundiza.
Esa sensación pasajera de bienestar puede conducirnos a más compras impulsivas
«Al final, todas esas sensaciones de bienestar o de sentirme bien se pueden convertir en frustración o en sentimiento de culpa porque estoy gastando de más o porque estoy comprando cosas que no necesito, y cuando llego a casa y soy consciente de lo que he gastado y de cómo afecta a mi economía, me siento mal», concluye el psicólogo en su interpretación de este fenómeno.
Por lo tanto, es importante hacer compras con responsabilidad, e invertir nuestro dinero en cosas que realmente necesitamos o que al menos tenemos claro que vamos a utilizar. Y sobre todo, hay que evitar caer en el problema que supone convertir las compras impulsivas en un hábito.
Con información de El Confidencial
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