¿Por qué bautizarse?, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
A los 30 años Jesús inicio su ministerio público acercándose al el río Jordán para recibir de Juan un bautismo de penitencia y conversión; para nosotros parece paradójico porque Jesús no necesitaba ni penitencia ni conversión.
Jesús, que no tenia pecados y sin embargo se sentó entre los pecadores para hacerse bautizar uniéndose a todos los que se reconocen necesitados de perdón y piden a Dios el don de la conversión, o sea, la gracia de volver a él con todo el corazón para ser totalmente suyos. Esta solidaridad de Jesús no fue un simple ejercicio de la mente y de la voluntad, Jesús entró realmente en nuestra condición humana la vivió hasta el fondo salvo de pecados, por eso es capaz de comprender nuestra debilidad y fragilidad.
Cuando Juan bautizó a Jesús se abrió el cielo y se manifestó visiblemente el Espíritu Santo en forma de paloma mientras se escuchó la voz de Dios en lo alto diciendo: «Este es mi hijo amado, en quién me complazco». Fue una verdadera manifestación de la Santísima Trinidad que da testimonio de la divinidad de Jesús, de ser el Mesías prometido, aquel a quien Dios lo ha enviado para liberar a su pueblo para que se salve. Más adelante vemos que las últimas palabras de Jesús en la tierra fueron: «vayan y bauticen en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo», por eso el bautismo es el acto de nacimiento y el documento de identidad de todo cristiano.
Amigos, es importante preguntarnos si podemos ponerle a un niño, qué religión quiere vivir o no, ¿no tenemos que dejar al niño la elección?, a esto podemos responder: a ninguno, se nos pregunta ¿quieres nacer o no?, la vida misma nos viene dada necesariamente sin consentimiento previo y no podemos decidir antes si quiero vivir, frente a esto lo justo es que al darle la vida podamos también darle la garantía de que la vida, aún con todos los problemas del mundo va a ser buena, porque tiene la garantía de estar protegida por Dios, por eso el bautismo de los niños no está contra la libertad, es justamente necesario porque solo la vida que esta en manos de Dios, en las manos de Cristo, inmersa en la Santísima Trinidad es el mayor bien que podemos tener, nuestro desafío es vivir ese Don, vivir el gran si de Dios y de este modo vivir bien.
El bautizo se recibe una sola vez en la vida porque es un sello, pasamos de ser criaturas de Dios a ser hijos adoptivos de Dios, es lo que se conoce como la filiación divina de Dios. Con el bautismo se perdonan todos nuestros pecados y pasamos a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo. Cristo es la cabeza y nosotros somos los miembros de ese cuerpo en el que estamos unidos y ¿saben cómo’, pues de la misma forma en que están unidos los distintos órganos de nuestro cuerpo, por eso, por ejemplo, el pulmón no puede decir «no me importa que el hígado esté enfermo», porque si el hígado esta enfermo lo va a afectar a él también y así entendemos lo que Jesús dijo: «lo que le hagas a uno de mis pequeños a mi me lo hiciste».
A través del bautismo Dios da a cada persona el don de la sabiduría, de conocimiento, inteligencia, consejo, fortaleza, el don de la piedad y el de temor de Dios. Bautiza lo más temprano que puedas a tus hijos para que ellos puedan recibir los dones que Dios tiene para ellos, para que forme parte de los hijos de Dios, para que viva bajo su protección.Amigos, bautizarnos es ratificar que con ¡Dios siempre ganamos!
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