Permanecer, por María García de Fleury
800 Noticias | Maholy Meneses
Jesús se comparó con David y dijo que nosotros éramos los Sarmientos, esto quiere decir que si queremos vivir cerca de Dios, si queremos contribuir a la expansión del reino de Dios en nuestros corazones y en el mundo, es indispensable que vivamos las enseñanzas de Jesús, porque la verdadera paz se origina en su verdad.
Una rama de árbol depende de ramas más grandes, del tronco principal y de sus raíces, para sobrevivir y no marchitarse, ninguna rama de un árbol puede sobrevivir sin el tronco y las raíces, inevitablemente, para que crezca bien, es necesario podar las ramas, para permitirle un mayor y mejor crecimiento; Así sucede con nosotros, por eso, la mejor palabra usada por Jesús que resume el misterio de la unión perfecta que debe existir entre los cristianos, Jesús y Dios Padre, es el verbo permanecer, porque expresa la noción de la perfecta comunión. Eso es lo que queremos con Dios y Dios quiere con nosotros, para asegurar la supervivencia espiritual e incluso la vida eterna.
Jesús instruyó a sus seguidores sobre su misión, es decir, por qué y para qué estaban siendo enviados, y su necesidad en todo momento de estar íntimamente unidos con él para completar la misión que se les ha confiado. ¿Y cuál era esa misión?, pues anunciar hasta los confines de la tierra que Jesús es el Señor, que la salvación viene de Dios y está abierta a quienes escuchen la palabra de Dios y la pongan en práctica.
El buen fruto que producen los seguidores de Jesús es que cada vez más personas se acerquen a Dios a través de la iglesia que él fundó. Si nuestro Señor va a reinar en nuestros corazones para que podamos dar mucho fruto, hay ciertas cosas que debemos poner en práctica, como por ejemplo, en la mañana ofrecerle todo nuestro día a Dios con todo lo bueno y lo malo que pueda sucedernos, pedirle que logremos realizar todo el bien posible y evitar el mal, así estaremos preparados para asumir en paz y con serenidad todo el sufrimiento, el dolor y las cosas buenas que podamos llegar a encontrar en el día.
Durante el día, asegurarnos también de que nuestros corazones regresen con frecuencia a ese estado de paz, porque corazón y mente lo tenemos puesto en nuestro Salvador. Así, a medida que Dios establece su morada en lo profundo de nuestro corazón, el mundo vacío y sin sentido que ocupa un espacio en nosotros hasta ahora irá desapareciendo.
Aprender a mantener nuestra alma bajo control no es algo que ocurra inmediatamente, requiere que seamos tolerantes con los demás y con nosotros mismos. ¿Acaso piensas que la paz interior es algo que se puede lograr sin tener que esforzarnos y sufrir reveses?, pidámosle a Dios con mucha fe que tengamos paciencia para ponerla en práctica, lo más importante es no desfallecer, si caemos, debemos levantarnos, no importando cuántas veces.
Las maravillosas palabras de Jesús permanezcan en mi y yo en ustedes, son hoy más importantes que nunca, son deseables, son necesarias para jóvenes, para mayores, laicos, solteros, casados, clérigos, religiosos, consagrados, todos los que recién comienzan el camino cristiano en el medio de su camino o llegando a su fin.
Estamos llamados a participar en la misión personal que Cristo le ha dado a cada uno, ofrezcamos a Dios una vida ardiente de amor, en devoción y acción para la salvación de todos en Jesucristo, porque con Dios siempre ganamos.
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