PERFIL+FOTOS | Boudou, el «amado» vicepresidente de Cristina Fernández que cayó en desgracia
EFE
De director de la Seguridad Social a ministro de Economía y vicepresidente de la Nación. Amado Boudou tocó el poder en Argentina en tiempos en los que Cristina Fernández presidía con puño de hierro un país que hoy vio cómo su segundo caía en desgracia al ser detenido en pijama y descalzo por corrupción.
Al punto de la mañana de este viernes un juez tomaba la decisión: detener a Boudou por presunta asociación ilícita, en carácter de jefe, y lavado de activos, cometido en tres oportunidades sirviéndose, supuestamente, de un blanqueo de capitales impulsado por el Gobierno kirchnerista en 2009.
También quedó arrestado su socio y supuesto testaferro, José María Núñez Carmona.
Un capítulo que sirve de guinda del pastel para las numerosas causas que en los últimos tiempos ha ido abriendo la Justicia contra Boudou, nacido en 1963 en Buenos Aires, licenciado en Economía en la Universidad de Mar del Plata y doctorado en el Centro de Estudios Macroeconómicos Argentinos, cuna de los economistas de la ortodoxia neoliberal del país.
«Juro por Dios, la patria y sobre los santos evangelios desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de vicepresidente de la Nación, y observar y hacer observar fielmente la Constitución. Si así no lo hiciere, que Dios y la patria me lo demanden». Así asumía el ahora malogrado Boudou, el 10 de diciembre de 2011 y ante un repleto Congreso nacional, el segundo cargo más importante del país.
En aquel momento nadie imaginaba que seis años después acabaría entre rejas.
Considerado economista de ideas heterodoxas, sus inicios políticos fueron como militante de la centroderechista Unión de Centro Democrático.
Durante su etapa universitaria, llegó a ser productor de espectáculos musicales y ejerció, ya con el título bajo el brazo, como docente en varias universidades.
Su paso por la actividad privada fue como directivo en las empresas de higiene urbana Venturino Eshiur y Ecoplata, hasta que ya en 1998 ingresó en la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), ente estatal que maneja el sistema de jubilaciones.
Así, mayo de 2008 fue el verdadero pistoletazo de salida para su carrera política, durante el primer mandato de la viuda del también expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), cuando fue designado director ejecutivo de la Anses.
Su gestión en el ente estuvo marcada por su propuesta de traspasar al Estado cerca de 20.500 millones de dólares aportados durante una década por los trabajadores al sistema de jubilación por capitalización, administrado por firmas privadas.
Pero lo mejor de su fulgurante carrera estaba por llegar. El 7 de julio de 2009 fue designado ministro de Economía, y un año después hizo campaña para ser el candidato del oficialismo kirchnerista a los comicios para alcalde en Buenos Aires, algo que finalmente no se concretó.
Ahora sí, junio de 2011 fue la clave.
«Nuestro hoy ministro de Economía, Amado Boudou, es el hombre que me va a acompañar para que juntos nos sometamos a la consideración de la voluntad popular», expresó Fernández, entre ensordecedores aplausos, en un acto junto a su Gobierno en el que anunció a su compañero de fórmula para las presidenciales del 23 de octubre.
Esos comicios, realizados apenas un año después de la muerte de Kirchner, dieron a la formula Fernández-Boudou en torno al 54 % de los votos, una cifra astronómica que dejaba claro que el kirchnerismo estaba en su mejor momento.
«Además de confiar en las cualidades personales de Amado, sobre todo lo he valorado porque lo importante no es haber tenido siempre la misma orientación, es saber cambiar cuando el mundo cambió y saber interpretar y decodificar», remarcó Fernández sobre su segundo.
El Boudou vicepresidente del país y presidente del Senado -cargos que en Argentina van parejos- llegó a asumir la jefatura de Estado de forma temporal la Presidencia cuando la todopoderosa mandataria se sometió a una intervención para extirparle la glándula tiroidea; pero también cuando le diagnosticaron una lesión cerebrovascular.
Sin embargo, poco a poco fueron creciendo los rumores de mala relación entre ambos, a la par que la Justicia comenzaba a acusar al economista de delitos de corrupción.
Con el fin de la era kirchnerista y el triunfo de Mauricio Macri en las elecciones de 2015, los expedientes judiciales fueron creciendo como la espuma.
La causa más conocida es en la que se le investiga por presuntas irregularidades en la adquisición, cuando era ministro de Economía, de Ciccone Calcográfica, una imprenta de papel moneda.
Acusado junto a otras cinco personas de los delitos de cohecho y negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública, se busca aclarar si adquirió la imprenta en 2010 a través de un testaferro y si participó después en gestiones irregulares en el marco de ese proceso.
En 2016 fue sobreseído de los cargos que afrontaba en un caso por supuesta falsedad en documentos y el pasado julio corrió la misma suerte en el primer juicio oral al que se enfrentó, por presunto falseamiento de documentos para la venta de un vehículo.
También se abrió el juicio oral de otra causa en la que se le investiga por presuntas irregularidades en la compra en 2009 de 19 automóviles de alta gama destinados al Ministerio económico.
Aficionado a tocar la guitarra y fanático del rock, Boudou inicia ahora una nueva etapa, que llega apenas una semana después de que el otro gran ministro del kirchnerismo, Julio De Vido, fuera detenido por similares delitos.
No son pocos los que aseguran que todas estas decisiones de la Justicia cercan, cada día más, a la expresidenta.