Peregrinemos al Santuario de la Virgen de Coromoto, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
La invitación es peregrinar al santuario mariano de la Virgen de Coromoto, peregrinar como hijos para encontrarnos con nuestra madre y reconocernos como hermanos; Dios siempre recompensa al peregrino que se pone en camino aún y en las peores circunstancias.
Cuando una persona se anima a caminar espiritual y materialmente a un santuario en busca del señor y de la madre de Dios, dejando que el evangelio sea la levadura que lo impregne, se ve inmerso en la alegría de la salvación porque el señor no defrauda.
Un santuario es un lugar de fiesta, de celebración, de lágrimas, de petición, por eso es tradición peregrinar para fortalecer la fe en Dios, para fortalecer la devoción a la virgen en medio de nuestras angustias, dificultades, problemas, en busca de la fuente y agua viva para refrescar la esperanza.
Peregrinar al santuario mariano es ir a los pies de la virgen sin muchas palabras, dejarnos mirar por ella y que con su mirada nos lleve a quien es el camino, la verdad y la vida. Peregrinar al santuario de Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela hace que volvamos nuestra mirada a la madre de Dios y al misterio de la elección de Dios que pone sus ojos en lo débil para confundir a los fuertes, que eligió a los nativos del lugar impulsándolos y animándolos a decir si como ella para transitar los senderos de la reconciliación con los demás habitantes de Venezuela.
Peregrinar es un símbolo de diálogo, unidad y fraternidad, una llamada a recuperar los testimonios de fe hecho vida y de vida hecho esperanza. En cada santuario mariano la madre de Dios intercede no solamente ante su hijo sino también ante cada uno de nosotros para que no nos dejemos robar la fraternidad por las voces y las heridas que alimentan la división y la fragmentación; así lo ha dicho el Papa.
Peregrinar significa sentirse convocados e impulsados a caminar juntos pidiéndole a Dios la gracia de transformar viejos y actuales rencores y desconfianza en nuevas oportunidades para la comunión. El pasado con todos sus errores no lo podemos ni lo debemos olvidar ni tampoco negar, pero no puede convertirse en obstáculo o en motivo para impedir una deseada convivencia fraterna.
Peregrinar es desinstalarnos de nuestras seguridades y comodidades para salir en busca de Dios a través de su madre, Nuestra Señora de Coromoto aceptando el desafío de descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de no tener miedo a mezclarnos, encontrarnos y ayudarnos.
Peregrinar es creerle a nuestro señor Jesucristo que viene y que está en medio de nosotros promoviendo e impulsando la solidaridad, la fraternidad, el deseo de bien, de verdad, y justicia, construyendo juntos el futuro, construyendo una cultura de armonía, desarrollo y paz.
La invitación es a peregrinar y a consagrarnos a la virgen el 8 de septiembre a las 8 de la mañana de manera virtual como pueblo al santuario de la virgen de Coromoto que es nuestra casa, con nuestros variados rostros, culturas, tradiciones.
Peregrinémonos y consagrémonos como pueblo fiel de Dios junto con María de Coromoto en busca del señor y su misericordia porque de eso se trata el reino de Dios y ¡con Dios siempre ganamos!