¿Para qué Miércoles de Ceniza?, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Las cenizas que se usan en el miércoles de cenizas se obtienen de la quema de los restos de las palmas bendecidas el domingo de ramos del año anterior, el sacerdote las rocía con agua bendita y se aromatizan con incienso, sin embargo, el miércoles de ceniza no es día de precepto y por eso la imposición de ceniza no es obligatoria.
La tradición de imponer cenizas se remonta al antiguo testamento, cuando las personas se la ponían para pedirle a Dios su ayuda en algo grande, luego en los primeros años de la iglesia católica, las personas se colocaban ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad como un acto penitencial para recibir el sacramento de la reconciliación el jueves santo, eso marcaba un punto de inflexión en sus vidas porque había personas que pensaban “si continuo así mi vida terminará en un desastre, hay algo que tengo que hacer para arrepentirme”.
Hay personas que dicen “Bueno yo no sé de qué me voy a arrepentir”, es que ni siquiera piensan en qué arrepentirse, y aunque hay personas que parecen insensibles frente a sus errores, sus pecados, no se dan cuenta de que en el inmenso amor que Dios le tiene a cada uno, Dios lo que quiere es que todos nos demos cuenta que para el somos increíbles a pesar de nuestras debilidades y fracasos, Dios te ama y Dios te ama inmensamente.
Celebrar el miércoles de ceniza, ese día en el que vamos a la iglesia a imponernos la ceniza en forma de cruz en la cabeza, realmente lo que debe ser es un momento en el que caigamos en cuenta de que algo anda mal en el mundo, no se supone que el mundo sea así.
El miércoles de ceniza es el día en el que me miro hacia adentro, miro dentro de mi corazón y digo: “Hay algo que no está bien en mí, sé supone que no debo ser así, me encantan las cosas que no debería amar y no me gustan las cosas que, si debería amar, eso no quiere decir que yo sea malo, sino que, hay cosas que estoy haciendo, pensando o deseando que no me permiten desarrollarme en todo el sentido de como Dios quiere de mí, para Dios yo soy increíble y no lo estoy siendo”
Es reconocer al ponerme la ceniza que tú y yo estamos llamados a ser increíbles, y que no somos como deberíamos ser, que no he vivido la vida que debería vivir, que no he tomado las decisiones que debería haber elegido, esa es la parte de las cenizas.
El que te coloquen las cenizas en forma de cruz quiere decir que Jesús te reclama como suyo, incluso con tu corazón roto, con tu vida rota, incluso con las malas decisiones que tomaste.
Las palabras al imponerte las cenizas: “Recuerda que polvo eres y al polvo volverás, las comprobamos aún más rápido cuando tenemos a una persona fallecida querida y la hemos cremado, lo que te entregan de regreso son las cenizas. Es verdad lo que se dice: “Polvo eres y en polvo te convertirás”.
La otra forma que también se usa para colocar la ceniza es la solución a convertirte en ceniza, porque esa fórmula dice arrepiéntete y cree en el evangelio, y recuerda que Jesús dijo: “El que cree tiene vida eterna” y la vida eterna de felicidad está esperándonos.
La ceniza significa que soy un pecador y la cruz que tengo un salvador, las cenizas significan que no soy quién debería ser, y la cruz significa que Dios cree en mí y me está convirtiendo ahora mismo en la persona que él cree que yo puedo ser. Amigos, las cenizas nos acercan a Dios y con Dios ¡siempre ganamos!