Papa Francisco recibe a ONG que salva inmigrantes
EFE
El papa Francisco recibió hoy al director de la ONG española Proactiva Open Arms, Óscar Camps, y en la reunión apoyó sus esfuerzos en el rescate de inmigrantes en el Mediterráneo y coincidieron en la necesidad de «humanizar» el tema.
«Comparte con nosotros que hay una clara factura entre el pueblo y la clase política, quizá el pueblo tiene más solidaridad en el tema de los refugiados», dijo Camps en declaraciones a los medios tras la reunión en el Vaticano, de unos 40 minutos de duración.
El activista señaló que el pontífice secundó su opinión de que es preciso «humanizar un poco más a la clase política» en este tema.
«Está completamente de acuerdo, nos anima a que sigamos haciendo lo mismo, que no dejemos de hacerlo, nos apoya, lo hará públicamente», apuntó.
Camps explicó que el objetivo de su encuentro, que él mismo solicitó en febrero y que, dijo, recibió una «rápida» respuesta del pontífice, era explicarle la situación actual en el Mediterráneo y trasladarle los «sobrecogedores» relatos de las personas rescatadas.
Y es que, afirmó, para Proactiva y «para todas las ONG que trabajan en el Mediterráneo y en el Egeo», el papa es «un altavoz» en un mundo que «está haciendo un giro hacia un lado».
«Es una voz disonante entre los Putin y los Trump, es el único que se yergue por encima quizá del cargo eclesiástico que ostenta. Opina y nos reclama que seamos más humanos porque este es un problema humano y hay que volver a humanizar un poco nuestras instituciones para recuperar la confianza en ellos», dijo.
Camps avanzó que este es «el principio de unas conversación» para «seguir profundizando en el tema y para buscar maneras en las que poder difundir» su labor.
«Sensibilizar y humanizar para tomar conciencia de que actualmente estamos siendo testigos de un crimen, de una situación muy crítica» en el Mediterráneo, dijo.
Óscar Camps entró en contacto con el papa el mayo del 2016, cuando en una audiencia general le hizo entrega de un chaleco salvavidas de un menor que murió ahogado en el mar, un objeto que, explicó, el pontífice aún conserva y recuerda.