PALABRA DEL SEÑOR | Lea el Evangelio de este sábado 30 de junio - 800Noticias
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Redacción 800 Noticias

Primera Lectura

Lamentaciones 2, 10-14; 2, 18-19; 2, 2-2

Decían a sus madres: ¿Dónde está el trigo y el vino? Desfallecían como heridos en las calles de la ciudad, Derramando sus almas en el regazo de sus madres.

Mis ojos desfallecieron de lágrimas, rugieron mis entrañas, Mi hígado se derramó por tierra por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo, Cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.

Sentáronse en tierra, callaron los ancianos de la hija de Sión; Echaron polvo sobre sus cabezas, ciñéronse de saco; Las vírgenes de Jerusalem bajaron sus cabezas a tierra.

Levántate, da voces en la noche, en el principio de las velas; Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; Alza tus manos á él por la vida de tus pequeñitos, Que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles.

Destruyó el Señor, y no perdonó; Destruyó en su furor todas las tiendas de Jacob: Echó por tierra las fortalezas de la hija de Judá, Deslustró el reino y sus príncipes.

El corazón de ellos clamaba al Señor: Oh muro de la hija de Sión, echa lágrimas como un arroyo día y noche; No descanses, ni cesen las niñas de tus ojos.

Tus profetas vieron para ti vanidad y locura; Y no descubrieron tu pecado para estorbar tu cautiverio, Sino que te predicaron vanas profecías y extravíos.

¿Qué testigo te traeré, ó á quién te haré semejante, hija de Jerusalem? ¿A quién te compararé para consolarte, oh virgen hija de Sión? Porque grande es tu quebrantamiento como la mar: ¿quién te medicinará?

Salmo

Salmos 74, 1-7; 74, 20-21

Han puesto á fuego tus santuarios, Han profanado el tabernáculo de tu nombre echándolo á tierra.

Y ahora con hachas y martillos Han quebrado todas sus entalladuras.

Cualquiera se hacía famoso según que había levantado El hacha sobre los gruesos maderos.

Tus enemigos han bramado en medio de tus sinagogas: Han puesto sus divisas por señas.

Levanta tus pies á los asolamientos eternos: A todo enemigo que ha hecho mal en el santuario.

No vuelva avergonzado el abatido: El afligido y el menesteroso alabarán tu nombre.

Acuérdate de tu congregación, que adquiriste de antiguo, Cuando redimiste la vara de tu heredad; Este monte de Sión, donde has habitado.

Mira al pacto: Porque las tenebrosidades de la tierra llenas están de habitaciones de violencia.

Masquil de Asaph. ¿POR qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué ha humeado tu furor contra las ovejas de tu dehesa?

Evangelio

Mateo 8, 5-17

Y diciendo: Señor, mi mozo yace en casa paralítico, gravemente atormentado.

Y tocó su mano, y la fiebre la dejó: y ella se levantó, y les servía.

Mas los hijos del reino serán echados á las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes.

Y vino Jesús á casa de Pedro, y vió á su suegra echada en cama, y con fiebre.

Y entrando Jesús en Capernaum, vino á él un centurión, rogándole,

Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, é Isaac, y Jacob, en el reino de los cielos:

Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creiste te sea hecho. Y su mozo fué sano en el mismo momento.

Y oyendo Jesús, se maravilló, y dijo á los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado fe tanta.

Porque también yo soy hombre bajo de potestad, y tengo bajo de mí soldados: y digo á éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y á mi siervo: Haz esto, y lo hace.

Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; mas solamente di la palabra, y mi mozo sanará.

Para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta Isaías, que dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.

Y como fué ya tarde, trajeron á él muchos endemoniados: y echó los demonios con la palabra, y sanó á todos los enfermos;