Padre Pío de Pietrelcina - 800Noticias
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Religión

Por María García de Fleury

Padre Pío de Pietrelcina fue sacerdote católico italiano nacido en 1887 en Italia y que falleció el 23 de septiembre de 1968. Es más conocido por sus estigmas o marcas similares a las llagas de Cristo que recibió en 1918 y que duraron hasta su muerte.

Se le conoce por los milagros que realizó en vida, por sus visiones de Jesús y la Virgen María, así como sus recomendaciones sobre cómo relacionarse y hacer uso del Ángel de la Guarda.

Todos los días de la vida del Padre Pío ocurrieron milagros. El  Padre Pío contradecía libremente las leyes inviolables de la naturaleza, varias veces apareció en dos lugares al mismo tiempo para ayudar a las personas en problemas, sanó a personas de sorderas, ceguera y otras enfermedades incurables, convocaba a sus amigos mediante telepatía mental o haciéndoles oler el aroma de las violetas que estaba asociados con su presencia.

Podía leer los pensamientos de las personas, dejaba impresionada a las personas en el confesionario, predijo con precisión acontecimientos futuros incluida su propia muerte. Durante 50 años llevó en su cuerpo las llagas de Cristo y sufrió enormemente a causa de ellas. Una serie de acontecimientos místicos entre agosto y septiembre de 1918 moldearon el resto de la vida del Padre Pío, entre ellos el hecho de que después de celebrar la misa el 18 de septiembre de 1918 mientras estaba sentado en el coro del monasterio ante un antiguo crucifijo recibió los estigmas.

Dijo que cayó en un profundo y pacífico reposo, se le apareció un ángel con sangre manando de sus pies, manos y costado. Dijo que sentía que se moría.  Cuando la misterioso criatura se fue descubrió que sus manos, pies y costado habían sido perforados y sangraban. La herida de su corazón sangraba continuamente, especialmente desde el jueves por la noche hasta el sábado.

El Padre Pío luchaba toda su vida contra la irritabilidad, un problema que las largas horas de confesión  y las pocas horas de sueño intensificaban, pero logró irlas dominando. Si bien el Padre Pío tenía los ojos puestos en las realidades celestiales mantuvo sus pies firmemente plantados en la tierra soportando y disfrutando de las cosas ordinarias como lo hacían otros seres humanos. La gente lo amaba por su sencillez, su compasión, su gentileza, su humor y su sentido común.

La compasión práctica y el genio empresarial del Padre Pío desafían a quienes pudieran dudar de él, logró construir y fundar un hospital y un monasterio dedicado a la vida contemplativa y a la oración por los seres humanos y su determinación de rescatarlos a toda costa mostrando que con Dios siempre ganamos.