Orar | Como pan que se parte

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*Con Jesús por la mañana. “Cuando comiencen a suceder estas cosas, anímense y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación” (Lc 21, 20-28). La palabra de Dios no entraña amenaza para los creyentes, sino esperanza, confianza. Que venga el Señor es buena noticia, es liberación. Los que tienen temor es porque tienen puntos pendientes de arreglo, que no los dejan en paz. Acoge con agradecimiento la vida que recibes y vive como pan que se parte y se comparte. «El diálogo destruye prejuicios y construye, en función de la búsqueda común, del compartir, pero que conlleva intentar la interacción de voluntades en pro de un trabajo en común o de un proyecto compartido» (Papa Francisco). Que tus palabras alimenten y nutran a tus hermanos. Ofrece tu día por las intenciones del Papa y por la paz.

*Con Jesús durante el día.  “Todos queremos la paz. Y, más que nadie, la quieren aquellos que sufren por la ausencia de paz. Podemos hablar con palabras espléndidas, pero si en nuestro corazón no hay paz, no la habrá en el mundo. Con cero violencia y cien por ciento de ternura, construyamos la paz evangélica que no excluye a nadie. Recemos juntos para que el lenguaje del corazón y del diálogo prevalezca siempre sobre el lenguaje de las armas” (Papa Francisco). Renueva la oración por este desafío de la humanidad que aún hoy nos convoca.

*Con Jesús por la noche. Toma el día que termina. Agradece todo lo vivido en él y las personas que has encontrado. ¿En qué tareas, momentos o con qué personas sientes que te encuentras con Dios? ¿A través de qué manifestaciones descubres su Presencia? El mundo es lugar de revelación del Padre, una mística de ojos abiertos permite contemplar a Dios en las cosas del mundo. Haz una lista de aquellas cosas que te hablan de Dios y agradece por ellas. Pide delicadeza para encontrar a Dios en el mundo.

Reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria por las intenciones del Papa, por la paz y por la libertad de Venezuela.