#OPINIÓN | San Bartolomé, conocido también como Natanael - 800Noticias
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María García de Fleury

El Evangelio de San Juan dice que Bartolomé, a quien también llaman Natanael, estaba sentado de debajo de un árbol de higo. Jesús queriendo salir hacia Galilea se encontró a Felipe y le dijo: «Hijo, sígueme».

Felipe se encontró a su amigo Natanael y le dijo: «¡Hemos hallado aquél de quien escribió Moisés, a Jesús, el hijo de José Nazareth!». Natanael le preguntó: «¿Y de Nazareth puede salir algo bueno?». Felipe le respondió: «¡Ven y verás!».

Vio Jesús a Natanael que venía hacia él y le dijo: «Ese que viene allí es un verdadero isrraelista. Aquí no hay engaño». Natanael le  preguntó, «¿De dónde me conoces?». Jesús le dijo: «Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te ví». Natanael dijo: «Rabí, tú eres el hijo de Dios, tú eres Dios de Israel». Jesús le contestó: «¿Porque te he dicho que te vi debajo de la higuera crees? Cosas mayores vas a ver. Verás abrirse el cielo y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el hijo del hombre». Y efectivamente, amigos, así  sucedió.

Mucho tiempo después Bartolomé fue testigo de la ascensión de Jesús al cielo. Además de que fue un discípulo incondicional de Jesús. El vio y presenció los milagros de Jesús. Oyó las sublimes enseñanzas y recibió el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego.

Hay pocos datos históricos sobre su vida. La tradición dice que Bartolomé después de la ascensión de Jesús al cielo, predicó en la India, donde dejó una copia del Evangelio de Mateo. Predicó en Mesopotamia, Persia, Egipto y llegó hasta Erminia donde había un ídolo llamado Astaroth, que tenía sus sacerdotes.

Cuando Bartolomé les demostró que Astaroth no era ningún Dios con poder curativo sobre los enfermos, de su estatua salió un demonio negro atado con cadenas que confesó el engaño al que tenía sometido a todos los habitantes de Armenia y que gritaba que ahora estaba encadenado por la predicación de Bartolomé acerca del Dios verdadero.

El Rey Polibio de Armenia se enteró y lo llamó para que curara a su hija que estaba endemoniada. Al verla curada el Rey quiso pagarle a Bartolomé pero él rechazó el pago y después de su sermón se convirtieron al cristianismo el Rey, que por demás abdicó, y todos los habitantes de la ciudad.

El sucesor en el trono fue Astiages que se mantuvo en el paganismo y ordenó que mataran a Bartolomé instigado por las protestas de los sacerdotes que ahora tenían los templos sin clientela.

Él apóstol Bartolomé muere entonces como un mártir de la fe en Dios. Los paganos al ver los muchos milagros que San Bartolomé hacía en el lugar que lo tenían sepultado, exhumaron sus restos, lo metieron en una caja de plomo y lo tiraron al mar. Pero en lugar de hundirse la caja flotó y llegó hasta una isla, cerca de Sicilia, donde sus habitantes lo recogieron con gran alegría, le dieron sepultura porque comprobaron de nuevo que con Dios, ¡siempre ganamos!