OPINIÓN | San Antonio de Padua, por María García de Fleury - 800Noticias
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El 13 de junio la Iglesia celebra la fiesta de uno de los santos más conocidos y venerados en el mundo: San Antonio de Padua, quien apenas vivió treinta y tres años.

Desde niño se consagró a la Santísima Virgen y encontró su fortaleza en las visitas al Santísimo. Como sacerdote franciscano fue enviado a predicar en diversas ciudades de Italia obteniendo un gran éxito en la conversión de los herejes.

Un día un hombre lo retó a que le probara que Jesús estaba en la Eucaristía. El hombre dejaría a su mula sin comer durante tres días. A los tres días llevó la mula a la plaza, frente a mucha gente, y le colocó una gran cantidad de avena, que era el alimento preferido de la mula.

San Antonio, salió de la Iglesia, hacia la plaza, con la hostia consagrada, con el Santísimo Sacramento. La mula fue directo al Santísimo y se arrodilló. Este milagro eucarístico hizo que el hombre se convirtiera.

San Antonio predicaba en plazas y mercados. Dicen que hablaba una lengua con miles de acentos que era comprensible para todos. Denunció y combatió el vicio de la usura. Se ocupaba de reunir y enseñar la doctrina de Cristo a grupo de jóvenes, hombres y mujeres, y de ahí se formaron muchas parejas que luego se casaron y que fueron muy felices. Por eso a San Antonio le piden para que interceda para encontrar un buen esposo o una buena esposa.

Era muy cercano a todos; sobretodo a los pobres, a los enfermos, a los discapacitados, a las personas en dificultad. A San Antonio se le invoca para encontrar objetos perdidos porque un día un novicio huyó del Convento con el libro de oraciones que usaba el santo. San Antonio oró para que apareciera el libro y el novicio se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar y devolver lo robado.

La tradición del pan de San Antonio viene de uno de los tantos milagros que hizo el santo y que tuvo como protagonista a Tomacito, un niño de 20 meses que se ahogó en un pozo de agua. La madre desesperada invocó la ayuda de San Antonio y le hizo una promesa: si el niño se salvaba iba a darle a los pobres el mismo peso en pan que el peso del niño. Y el niño, milagrosamente, volvió a la vida.

San Antonio es patrono de las mujeres estériles, de los panaderos, de los pobres. Una vez que San Antonio estaba orando se le apareció el Niño Jesús y él lo sostuvo en sus brazos. Fue una de las gracias que Jesús le dio a San Antonio por su gran devoción y entrega a Dios. Y con Dios, ¡Siempre ganamos!