OPINIÓN | ¿Quién tiene dignidad?, por María García de Fleury - 800Noticias
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Entres los años 200 y 800 a.de C, el pensamiento humano alcanzó unos niveles muy altos de desarrollo. Confucio, Zaratustra, Abraham, los profetas ya hablaban de dignidad y respeto de cada ser humano.

La dignidad de cada persona no depende de razas, nacionalidad, sexo, edad, creencia, condición social. Solamente por ser ser humano se tiene dignidad. Esta dignidad va más allá de la moral, más allá de la ética, más allá de la psicología. La dignidad es algo propio de la naturaleza humana.

Solamente las personas tienen dignidad. Nadie le puede otorgar la dignidad a otro, ni siquiera El Estado como sucedía en la época del imperio romano. Al Gobierno y a la sociedad le corresponde reconocer y vigilar para que no existan violaciones a la dignidad humana. Esa dignidad le da a la persona derechos inalienables y de ella nacen las tareas de protección y respeto. De la dignidad de cada ser nacen los derechos humanos.

Todas las formas de relación humana tienen un límite que no es franqueable. Ningún ser humano puede estar sometido a nuestras decisiones y antojos. Nadie puede utilizar a otra persona como instrumento o propiedad suya. Hay algo en cada uno de los hombres y mujeres que le es propio y de lo cual nadie puede disponer. Esa es su dignidad.

Todas las cosas pueden ser transables y tienen precio. Pero el ser humano tiene dignidad, cualquiera sea su edad, condición, sexo, raza, creencia.

La dignidad se adquiere con la existencia y se pierde con la muerte. Por eso, sea joven o adulto, esté sano o enfermo, sea embrión o neonato, genio o idiota, el valor de todo ser humano es totalmente independiente de sus cualidades y de su vida. Lo que verdaderamente cuenta es que es un ser que posee un lugar absolutamente especial en la creación. A todo ser humano hay que respetarle su dignidad porque así lo quiere Dios, y con Dios ¡Siempre ganamos!