#Opinión | ¿Quién fue San Mateo? - 800Noticias
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Religión

Por: María García de Fleury

Mateo era un Galileo, hijo de Alfeo, que vivió en los tiempos de Jesús. Era un hombre muy preparado y muy estudiado, conocía las sagradas escrituras y las leyes. Aun siendo judío, recolectaba impuesto a los judíos para dárselo a los romanos. A ellos se les llamaba publicanos y se les consideraba como los más infames y odiosos de toda la sociedad. Eran personas que se veían como manchadas porque tenían conversación frecuente y asociación con los paganos, esclavizaban a sus compatriotas hasta tal punto, que los judíos hasta le habían prohibido la participación en sus actividades religiosas y en todos los eventos de la sociedad cívica y de comercio.

El Evangelio dice que Jesús vio a un hombre llamado Mateo en su puesto de cobrador de impuestos, lo miró y le dijo, sígueme, Mateo se levantó y lo siguió. La mirada y el llamado de Jesús le cambiaron la vida a este judío publicano. Dejó de ejercer un trabajo que producía mucho dinero, fomentaba la avaricia, la opresión y la extorsión.

Mateo invitó a Jesús y a los apóstoles a un gran almuerzo con todos sus amigos cobradores de impuestos, todos eran pecadores y publicanos, los fariseos se escandalizaron y preguntaron a varios de los apóstoles, «¿cómo es que tu maestro se atreve a comer con publicanos y pecadores?». Jesús los escuchó y respondió diciéndoles, “no necesitan médicos lo que están sanos sino los que están enfermos, yo no he venido a buscar a los santos sino los pecadores y a salvar lo que estaba perdido”.

Mateo se convirtió en uno de los 12 apóstoles, presenció los milagros de Jesús, escuchó sus sabios sermones, colaboró predicando y catequizando por los pueblos y organizando las multitudes cuando seguían ansiosos para oír al gran profeta de Nazaret.

En Pentecostés recibió el Espíritu Santo en formas de lenguas de fuego. También sucedió que los judíos le dieron 39 azotes por predicar que Jesús sí había resucitado y lo mismo hicieron con los otros apóstoles. Pero cuando se dio la terrible persecución contra los cristianos en Jerusalén, Mateo se fue al extranjero a evangelizar. Dicen que predicó en Etiopía y que allá murió martirizado.

Lo más importante de todas estas cosas de San Mateo es que escribió el Evangelio que se llama el Evangelio de San Mateo, con 28 capítulos, especialmente para los judíos que se convertían al cristianismo.

Por su buena formación y conocimiento, él señala, a lo largo del Evangelio, “antes se decía qué… pero ahora se dice…” y así va comparando el Antiguo con el Nuevo Testamento. Narra los sermones de Jesús, como el sermón de la montaña, el sermón de las parábolas, el que le dijo a los apóstoles cuando los iba a mandar a su primera predicación, narra milagros, describe la pasión, muerte y resurrección gloriosa de Jesús. ¿Todo esto para qué? Para probar que su Cristo sí es El Mesías, el Salvador anunciado por los Profetas desde el Antiguo Testamento.

San Mateo enseña a responder rápidamente a la llamada del maestro, a seguirlo fielmente cada día. Enseña que Jesús te llama a ti y a mí, no porque seamos Santos, sino porque nos ama mucho. De nosotros depende la respuesta, tenemos la guía perfecta para pensar actuar y comportarnos en este Evangelio de Mateo que es palabra de Dios y ¡con Dios siempre ganamos!