OPINIÓN | ¿Por qué se realizó la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento?, por María García de Fluery
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En 1882 el Padre Juan Bautista Castro estableció en Caracas la devoción de la adoración perpetua al Santísimo Sacramento, en la Iglesia de Las Mercedes.
Esta adoración se veía interrumpida por las múltiples actividades religiosas que allí se realizaban. La esposa del presidente Gral. Antonio Guzmán Blanco, que se llamaba Ana Teresa Ibarra, asistía siempre a la oración; y fue ella quien le insistió a su esposo la necesidad que tenían de tener un lugar con más silencio para poder adorar al Santísimo Sacramento.
El Gral. Guzmán Blanco, para complacerla, mandó a construir unas réplicas de la Iglesia Santa Capilla, de París. La nueva Iglesia de Santa Capilla comenzó a construirse el 2 de febrero de 1883 y se culminó en seis meses. Al terminarla, se trasladó la adoración al Santísimo Sacramento y el Padre Juan Bautista Castro fue nombrado capellán de Santa Capilla, donde de inmediato inició la adoración, de día y de noche, al Santísimo, y desarrolló una fuerte campaña de difusión con el significado de la Eucaristía.
Al mismo tiempo, el Padre Castro fundó las misiones de hombres, en la Iglesia San Francisco, como centros eucarísticos masculinos, relazando ahí otros grupos de oración nocturna y cofradías del Santísimo. Las primeras comuniones de los niños se empezaron a multiplicar, cada vez con mayor esplendor, devoción y fervor.
La Venezuela de 1888 a 1898 estuvo llena de violencia y se produjeron una serie de levantamientos armados. El Padre Castro tenía la firme convicción de que solo a través de la Eucaristía se podría lograr la paz en la sociedad y acabar con esas corrientes ideológicas anticlericales y ateas.
Así, sugirió la idea de consagrar a La República al Santísimo Sacramento. Se constituyó una junta para solicitarle al Episcopado Nacional y al Papa León XIII su autorización para consagrar a perpetuidad a Jesús Sacramentado.
Esta petición fue unánimemente acogida por los Obispos y por el Papa. el día 2 de julio de 1899 el Arzobispo de Caracas, en unión con todos los Obispos del país, hicieron repicar las campanas de cada Iglesia del país, mientras consagraban a Venezuela al Santísimo Sacramento, diciendo entre otras cosas: «¡Recíbenos, Salvador Nuestro y concédenos que venga a nosotros tu reino eucarísitico. Levanta tu trono bien alto en nuestra República, a fin de que en ella te veas glorificado por singular manera y seas honra nuestra, de distinción inapreciable, el llamarnos la República de Venezuela del Santísimo Sacramento!».
Amigos, Venezuela es el único país del mundo consagrado al Santísimo Sacramento.Volvamos a hacer crecer esta devoción por el bien de Venezuela, conscientes de que con Dios, ¡siempre ganamos!