OPINIÓN | Los venezolanos seguimos siendo consentidos, por María García de Fleury
800 Noticias
Así como Venezuela es el único país del mundo consagrado al Santísimo Sacramento, el cielo ha tenido una serie de deferencias especiales para con nosotros los venezolanos.
Tenemos un milagro eucarístico, ocurrido en Betania, en el estado Miranda, cuando la hostia, en plena misa, después de la consagración, comenzó a sangrar. Al día de hoy esta hostia ensangrentada está custodiada por las Hermanas Agustinas en Los Teques, donde ellas hacen adoración las veinticuatro horas al día, y podemos irlo a visitar.
Tenemos tres apariciones de la Virgen: dos que están aprobadas y una que está reconocida. La primera de estas apariciones aprobadas ocurrió en 1651, a Coromoto, el cacique de la tribu de Los Cospes, junto con su esposa e hijos, cuando estaban en el río. Allí, ella les pidió que fueran donde los blancos para que les enseñaran, les echaran agua en la cabeza y pudieran ir al cielo.
En 1652, la Virgen volvió a aparecerse en la puerta del bohío y cuando el cacique Coromoto trató de matarla, la atrapó en la mano, y la Virgen le dejó su imagen grabada en la mano, en la forma de una estampa.
La segunda aparición aprobada fue en la finca Betania, en el estado Miranda, donde la Virgen se apareció varias veces a la señora María Esperanza de Bianchini y se presentó como la Madre Reconciliadora de los pueblos.
La tercera aparición que ha sido reconocida es la Virgen de las Almas Consagradas, en Carrizales, estado Miranda, con un mensaje claro a los sacerdotes y religiosas de mantenerse fieles a Dios.
El cielo ama de una forma especial a Venezuela y a los venezolanos por alguna razón. Debemos averiguar por qué Dios ha tenido este consentimiento con nosotros. Porque de esa forma podremos vivir de una forma acorde a lo que Dios pide de nosotros. Porque con Dios, ¡siempre ganamos!