OPINIÓN | «Juan Pablo II y sus cien años», por María García de Fleury - 800Noticias
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Un 18 de mayo nació, hace 100 años, el Papa Juan Pablo II, un personaje muy conocido a nivel mundial que ha dejado grabado en la memoria de la humanidad su rostro, su forma de hablar, su manera profunda de rezar, su carisma personal (firme y cercano a la vez), y su buen humor, tan espontáneo.

Fue el primer Pontífice no italiano en cuatro siglos. Dirigió la Iglesia Católica durante más de un cuarto de siglo y marcó un antes y un después en la historia, al contribuir en la caída del comunismo.

Escribió 14 encíclicas, de las que tres tratan de cuestiones socioeconómicas. Visitó 133 países y en kilómetros eso representa haberle dado 29 veces la vuelta al mundo.

Muchas de sus palabras han quedado grabadas para siempre en nuestra memoria, comenzando por el apasionado grito con el que se presentó al pueblo, al inicio de su pontificado. «¡Abran las puertas a Cristo! No tengan miedo».

Buscó y trabajó por la paz en los acuerdos internacionales y la defensa de los derechos humanos. Se mostró muy firme en la reafirmación de los principios tradicionales de la Iglesia Católica en el terreno de la moral sexual, la lucha contra el aborto, el rechazo a los métodos anticonceptivos, la defensa a la dignidad humana, la defensa al matrimonio y a la familia. Y esto lo expresó claramente en el establecimiento del encuentro mundial de las familias en sus catequesis de los miércoles sobre el amor humano y en la Fundación del Pontificio Instituto Juan Pablo II para los estudios del matrimonio y la familia.

Juan Pablo II señaló que el futuro depende en gran parte de la familia porque la familia lleva consigo el porvenir mismo de la sociedad. Su papel especialísimo es contribuir eficazmente a un futuro de paz. La familia es la base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden, por primera vez, los valores que los guían durante toda su vida. Esa era la opinión de Juan Pablo II. Y agregaba: «Los padres tienen derechos y responsabilidades específicas en la educación y formación de sus hijos, en los valores morales en la difícil edad de la adolescencia».

Juan Pablo II agregaba: «Ayuden a sus hijos a salir al encuentro de Jesús para conocerlos mejor y para poderlo seguir entre las tentaciones que ellos están continuamente expuestos. Jesús los va a guiar al camino y los va a llevar a la autentica felicidad».

Juan Pablo II falleció a los 84 años pero un tiempo antes había dicho en las Naciones Unidas: «La respuesta al temor que oscurece la existencia humana está en el esfuerzo común para construir la civilización del amor. Con la ayuda de la gracia podemos construir una civilización digna de la persona humana; una verdadera cultura de la libertad. Podemos y debemos hacerlo».

Así hablaba el Papa Juan Pablo II porque el vivía de la mano de Dios …y con Dios ¡Siempre ganamos!