OPINIÓN | ¿A José Gregorio Hernández le importaba la Iglesia?, por María García de Fleury - 800Noticias
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José Gregorio Hernández vivió tiempos turbulentos donde la moda era el ateísmo, donde todo lo que fuera científico se valoraba y se despreciaba lo que era religioso.

Reconociéndose miembro activo de la Iglesia Católica que, como el decía, es la única fundada por Cristo, aprovechaba aún la más pequeña oportunidad para hablar con sus alumnos, colegas, amigos y políticos, sobre los aspectos positivos de la Iglesia. Sobre las encíclicas papales en materia social y de cómo la Iglesia se preocupaba por el respeto por la dignidad humana.

Se hizo amigo de sacerdotes y de monjas, cuando todos ellos eran severamente criticados y perseguidos por algunos que se decían «cristianos liberales».

Supo conjugar sus creencias con el modernismo y la tecnología de su profesión. Mantuvo sus opiniones de manera firme. Su sabiduría, su santidad y su modestia bastaban como refutación a la incesante prédica materialista. Eso era suficiente argumento.

José Gregorio fue firme en mostrarse en desacuerdo con toda actividad espiritual, alejada de la Iglesia. Porque amaba a Dios y con Dios, ¡Siempre ganamos!