#OPINIÓN | 60 años de los cursillos de cristiandad, por María García de Fleury - 800Noticias
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María García de Fleury

El 20 de agosto de 2020 se  cumplen 60 años del primer cursillo de cristiandad en Venezuela. Se dictó en el Colegio La Salle de La Colina.

El carisma de los cursillos de cristiandad se resume en los dos objetivos que tienen: el primero es la conversión de la persona y el segundo es fermentar, de manera evangélica, todo los ambientes. El gran impulsor de esto fue el padre Cesáreo Gil, perteneciente a los sacerdotes operarios diocesanos.

En el año 1959 sus superiores lo enviaron desde España a trabajar en Venezuela. Al llegar, se puso a la orden de Monseñor Arias Blanco quien lo mandó al Colegio de la Salle de La Colina y le pidió que trabajara en lo mismo que había trabajado en España. El Padre Gil, rápidamente, montó el primer cursillo de Venezuela.

Con la esperanza que hicieran tanto bien como en otras partes, todos los Obispos venezolanos dieron su permiso para que trabajaran a lo largo de toda Venezuela.

La expresión de uno de los hermanos de La Salle, que fue testigo del primer cursillo, al constatar la intensa vivencia de fe que tenían los asistentes, fue una verdadera premonición. Él dijo: «¡Aquí está empezando algo muy grande!».

Al Padre Cesáreo Gil lo llamaban «El cura Gil». Él fue el instrumento del señor para impulsar a los venezolanos a convertirse cada vez más en protagonistas laicales dentro de la Iglesia y en la sociedad.

Los cursillos de cristiandad se regaron por todo el país y en ello participaban personas de todas clases sociales y niveles de instrucción. Además de todo fomentaba la formación en los hombres, en las mujeres y familias completas.

Fue así porque «El cura Gil» nunca vio rango, poder o estatura para enseñar a conocer a nuestro señor Jesús. Durante las exequias el padre Cesáreo Gil, el Cardenal Castillo Lara dijo: «desde la llegada de los cursillos de cristiandad, el rostro del laicado en Venezuela ha sido un rostro absolutamente nuevo».

Desde su inicio, los cursillos de cristiandad han sido fuente de conversión y de apostolado. Han servido para hacer de los laicos venezolanos, hombres y mujeres, más activos en la construcción del reino de Dios en nuestra sociedad.

Mantienen al laico creciendo en espiritualidad, en formación cristiana y en apostolado. Hombres, mujeres, jóvenes, niños, familias enteras, a través de los cursilllos de cristiandad han potenciado su búsqueda a Dios con la plena conciencia de que con Dios, ¡siempre ganamos!