«No tengamos miedo» | A 15 años de la partida de Juan Pablo II
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Un 2 de abril del 2005, la tristeza se podía respirar, en todo el mundo, cuando el arzobispo Leonardo Sandri, sustituto de la Secretaria de Estado del Vaticano, hizo público a las 22:00 horas, el fallecimiento del Papa Juan Pablo II.
Este jueves 2 de abril del 2020, se cumplen 15 años de la muerte del Pontífice, quien visitó en dos ocasiones Venezuela, la primera fue el 26 de enero de 1985 y desde la segunda 23 años, pues fue el 9 de febrero de 1996.
Juan Pablo II fue el 264° Papa de la Iglesia Católica. Tras iniciar su largo pontificado en 1978 – el suyo fue el tercero más largo de la historia
Tan grande fue su carisma e influencia que muchos de los niños nacidos en aquella época hoy llevan su nombre. San Juan Pablo II murió en la víspera del Domingo de la Misericordia, fiesta que él mismo había establecido habiendo sido hijo espiritual de Santa Faustina Kowalska – la joven religiosa y mística polaca de la orden de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia – mundialmente conocida y cuyo santuario se encuentra a pocos pasos de la Ciudad del Vaticano. Y él mismo la canonizó el 30 de abril del año 2000, día en el que también instituyó la fiesta de la Divina Misericordia.
La vida es movimiento, la vida es cambio, y las circunstancias a través de los decenios nunca son las mismas. Es el devenir de la historia. Hoy el mundo está combatiendo la batalla que implica la pandemia. Los países han cerrado sus puertas para resguardarse. También Roma, la Ciudad Eterna, se ve desolada como nunca. Con una Basílica y Plaza de San Pedro vacía, cerrada al público en tiempos de cuarentena. Y si bien esta situación es transitoria, resulta más sorprendente aún pensar que hace tan sólo cinco lustros, quince años, la capital italiana, la ciudad más poblada de este país, se veía literalmente invadida por una multitud de sencillos fieles que acampaban al aire libre con tal de estar ahí, de pasar en procesión ante sus restos para un último saludo. Además de los más de setenta jefes de Estado y de Gobierno, junto a príncipes y otras autoridades mundiales que asistieron a su solemne funeral.