Netflix | Bridgerton revoluciona la comedia romántica clásica
El Universal
¿Qué tal contar una historia que combine las costumbres y el encanto del siglo XVIII con el desenfado, humor y música de la época contemporánea? Esa ha sido una de las fórmulas de la reina de la comedia romántica, Julia Quinn, autora de la saga Bridgerton, que hábilmente adaptó para la pantalla chica Chris Van Dusen y produjo Shonda Rhimes, la genio detrás de los éxitos de La anatomía según Grey y Escándalo.
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Los más acuciosos definen al nuevo suceso de Netflix como una fusión del legado de la novelista Jane Austen, el lujo de Downton Abbey, la intriga de Gossip Girl y hasta algún tema de Ariana Grande. Lo cierto es que la serie de época es una de las producciones más vistas de las últimas semanas de la plataforma streaming, pero ¿de qué va? De las aventuras y los amores de una familia, que se desarrollan en la alta sociedad de Londres durante el periodo de La Regencia –en el siglo XVIII- cuando las jóvenes eran presentadas ante la reina para que estableciera su elegibilidad como opción matrimonial.
Un seguidor de Gossip Girl podría preguntarse: ¿qué tiene que ver una historia con visos victorianos con el drama adolescente contemporáneo? Al igual que la trama de 2007 y otras ficciones, tiene una voz en off (en este caso, una de lujo): la ganadora del Óscar y del Globo de Oro: Julie Andrews, quien presta su voz a Lady Whistledown, suerte de cronista que revelará los secretos más escandalosos de la sociedad.
La trama principal de la primera temporada de Bridgerton gira en torno a la relación sentimental de Daphne Bridgerton (Phoebe Dynevor) y el duque de Hastings, Simon Basset (Regé-Jean Page). Los actores que dan vida a los protagonistas se han convertido en algunos de las figuras más buscadas de la web y de las redes sociales. Sus personajes: Daphne y Simon acuerdan fingir un compromiso que le proporcionará beneficios a los dos.
Completan el elenco: Jonathan Bailey, Golda Rosheuvel, Luke Newton, Claudia Jessie, Nicola Coughlan, Ruby Barker, Sabrina Bartlett, Ruth Gemmell, Adjoa Andoh y Polly Walker.
Como lo ha hecho en sus libros, Julia Quinn otorgó a sus heroínas de la producción cualidades feministas que no son necesariamente fieles a las actitudes de la época que se desarrollan en sus novelas. Puede que algunas se sometan a las leyes no escritas de la época, pero otras, cuestionan si la única opción que tienen es casarse, si no existe la posibilidad de simplemente “dejar el nido” y seguir su camino. Ni hablar de la particularidad de hacer que personas de color se relacionen con gente blanca (hecho imposible en esos años). Y su fórmula ha dado resultado, ya que 17 de sus novelas han aparecido en la lista de bestseller de The New York Times, como Mr. Cavendish, I Presume, que alcanzó el número uno en octubre de 2008, por citar uno de sus tantos éxitos como autora.
Los primeros días de enero, Netflix estimó que Bridgerton, que se estrenó la semana de Navidad, sería visto en 63 millones de cuentas en sus primeras cuatro semanas, lo que (de cumplirse) la ubicará en el quinto puesto de las series originales de la plataforma más vistas.
Para los seguidores de la ficción que pudieran estar preocupados por la continuidad de la historia, no hay nada que temer, ya que todavía faltan por adaptar siete de los ocho libros de la saga de Quinn, de hecho, Production Weekly informó que la segunda temporada comenzará a grabarse en marzo en Uxbridge, Inglaterra.
Fuente: El Universal
