NAVIDAD 2019: Un belén por construir - 800Noticias
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Por P. Publio Díaz ocd

Como todos los años, vuelvo a ustedes, para ofrecerles un guion de oración para la Noche de Navidad, Nochebuena, pues lo que era promesa se ha hecho realidad: Dios con nosotros y esta es la mejor noticia, esperada por todos los siglos y cantada por los ángeles en esta noche.

En una sociedad consumista como la nuestra, corremos el peligro de paganizar la celebración de esta Noche esperada por los profetas y anhelada por los padres escogidos por Dios para su Hijo unigénito: María y José.

Muchas luces, cantos, fiestas, comidas, regalos, bulla y tal vez nos olvidamos de lo esencial de esta noche: ese “Niño lindo” que con el bello canto aguinaldero que hemos aprendido desde nuestra más tierna edad proclamamos con fe que “ante Ti me rindo, eres tu mi Dios”.

Navidad no es solo buenos deseos, o una fiesta sin más. Es Jesús que se hace hombre, que comparte nuestra historia. Pareciera que en muchos ambientes no quisieran hablar de Jesús y todo quedaría en una fiesta desprovista de su verdadero contenido. Navidad nos introduce en la contemplación silenciosa.

Navidad nos introduce en la contemplación silenciosa y adorante de un Dios que planta su tienda entre nosotros haciéndose hombre en la humildad y debilidad de un pequeño Niño. No perdamos esta oportunidad de celebrar desde el corazón con infinito agradecimiento de que Dios se ha hecho cercano, visible y que viene a darnos vida y ésta en abundancia. Y en torno al pesebre recibimos la mejor catequesis de pobreza y humildad posibles. Sacada de las escenas evangélicas, podemos contemplar a Jesús, José y María al centro de el misterio del Enmanuel, el Dios con nosotros y de las otras figuras que extasiados desde su cotidianidad asisten a tan magno evento. Nosotros, como ellos, estamos llamados a construir ese belén. Como ellos, dejarnos impactar por ese acontecimiento y podamos volver a nuestra vida diaria como los pastores “alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído”(Lc 2,20). Construyamos ese belén en nosotros y experimentemos la alegría del encuentro con el Salvador.

Esta oración debe ser preparada con antelación. Buscar los lectores, quien va a conducir la oración, preparar el lugar, si no se puede cantar tener un reproductor de sonido con música apropiada o la sugerida en el guion, las cartas que se han de utilizar, en fin, todo lo que se necesite según el guion. Pero sobre todo, la mejor disposición para celebrar este momento orante: apertura del corazón, tiempo (nada de prisas) y sobre todo, como los pastores en la noche de Belén, con el deseo de ir a ¡”ver lo que nos ha dicho el ángel”: a encontrarnos con Jesús, el niño envuelto en pañales.

Que no se nos olvide que no hay Navidad sin Jesús que siendo Dios se hace carne mortal y que la Navidad debe suscitar los mejores sentimientos de paz, alegría, solidaridad y comunión a ejemplo del Salvador que se bajo de su cielo para salvarnos de todos nuestros males. Utilizaremos algunas ideas del Papa Francisco de su reciente Carta Apostólica “Admirabilis signum” (AS) firmada en su reciente visita a la ciudad italiana de Greccio, cuna de la primera representación de nuestros pesebres, nacimientos o belenes, realizado por primera vez por San Francisco de Asís en la noche de Navidad del año 1223. No dejemos de leer este precioso documento. Ojalá este guion sea compartido con muchas más familias. Que muchos hogares se conviertan en esta noche en pequeños santuarios de adoración a Jesús humanado.

Algunas cosas prácticas: Realizar la oración junto al pesebre que se haya realizado en el hogar. Preferiblemente tener desconectadas las luces del pesebre y el lugar en penumbra para crear un ambiente de recogimiento, silencio y oración. Se deben retirar con antelación las piezas del pesebre que tomaran parte de nuestra oración. Se deben elaborar de igual modo una carta, recordando que en nuestra infancia muchos hacíamos nuestra carta al Niño Jesús para pedir nuestros regalos. Hoy le escribiremos nuestra carta en primer lugar respondiendo a las siguientes preguntas: ¿Lo que creo de Jesús lo traduzco en la vida concreta? ¿De que debo pedir perdón a Jesús?- Ahora sí, recordando lo que el mismo nos dice en el Evangelio: “Pidan y se les dará”, hacer nuestra lista de peticiones al Niño Jesús en esa misma carta. Como tendremos tiempo, pensarla bien.

Dejar hablar al corazón.

LITURGIA FAMILIAR EN L NOCHEBUENA

L: HOY NOS HA NACIDO UN SALVADOR

T: VENGAN TODOS A ADORARLE

L: EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO

T: AMÉN.

L: Hermanos: “La contemplación de la escena de la Navidad, nos invita a ponernos espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para encontrar cada hombre”(AS 1). Esta noche, oremos como familia, creando lazos de unión con los que están y con los que por diversas circunstancias hoy no nos acompañan.

Vamos a construir el pesebre:

Oscuridad, cielo, estrellas, noche: “Dios se hizo hombre. Su cercanía trae luz donde hay oscuridad e ilumina a cuantos atraviesan las tinieblas del sufrimiento”(AS 4)(se encienden las luces del pesebre) Ovejas: “De esta manera recordamos como lo habían anunciado los profetas que toda la creación participa en la fiesta de la venida del Mesías”(AS 5) Ángeles: “Son la señal de que también nosotros estamos llamados a ponernos en camino para llegar a la gruta y adorar al Señor”(AS 5)

Pastores: “Son los más humildes y los más pobres quienes saben acoger el acontecimiento de la encarnación. A Dios que viene a nuestro encuentro en el Niño Jesús, los pastores responden poniéndose en camino hacia El, para un encuentro de amor y de agradable asombro”(AS 5)

María: “Es una madre que contempla a su Hijo y lo muestra a cuantos vienen a visitarlo”(AS 7)José: “El custodio que nunca se cansa de proteger su familia. José llevaba en su corazón el gran misterio que envolvía a Jesús y María su esposa y como hombre justo confió siempre en la voluntad de Dios y la puso en práctica(AS 7)

Jesús: “Dios se presenta así, en un niño para ser recibido en nuestros brazos. En la debilidad y en la fragilidad esconde su poder que todo lo crea y transforma”(AS 8)

L: Al mismo estilo de aquella noche santa estamos invitados a “sentir”, a “tocar” la pobreza que el Hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación”(AS 3). Dejémonosenvolver y escuchemos con atención el solemne pregón:

L 1: Les anunciamos hermanos, una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo.Escuchen la con corazón gozoso:Habían pasado miles y miles de años desde que, al principio Dios creó el cielo y la tierra e hizo al hombre a su imagen y semejanza. Miles y miles de años habían transcurrido desde que ceso el diluvio y el Altísimo hizo resplandecer el arco iris, signo de alianza y de paz. En el año 752 de la fundación de Roma en el año 42 del imperio de Octavio Augusto, mientras sobre toda la tierra reinaba la paz en la sexta edad del mundo, hace 2019 años en Belén de Judá, pueblo humilde de Israel, ocupado entonces por los romanos, en un pesebre porque no tenían sitio en la posada, de Santa María la Virgen, esposa de José, de la casa y familia de David, nació Jesús, llamado Mesías y Cristo que es el Salvador que los pueblos esperaban . Escuchemos el relato evangélico según San Lucas :

L 2:»Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo  gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No teman, pues les anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto les servirá de señal: encontraran un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.»» (2,1-14).

L 1: Alégrense, hermanos. Esta es la Buena Noticia del Ángel: “Les ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”.

L: Hacemos un momento de silencio para dejar que la Palabra de Dios alumbre en nosotros de nuevo a Jesús.

L: Cantamos “Niño lindo” o “Noche de paz” u otro canto que cante el misterio que celebramos (si no se puede cantar, colocar la música en un reproductor de música).

L: La Navidad es presencia de Jesús entre nosotros. Hacemos profesión de fe en su persona. A cada letanía respondemos diciendo CREO.

L 3:

– Existente antes de todos los tiempos.

– Dios verdadero.

– Luz sobre toda luz.

– Engendrado en el seno de María Virgen.

– Hecho hombre en la noche de Belén.

– Hijo dilecto de la familia de Nazaret.

– Salvador del mundo.

– Eterno viviente, muerto y resucitado.

– Cantado por los ángeles en la noche de Belén.

– Predicado en la primera Navidad por los pastores.

– Adorado en su realeza, su divinidad y humanidad por los magos de Oriento.

– Perseguido por el poder y refugiado en tierras extranjeras.

Buen Pastor, que das la vida por las ovejas.

– Puerta del redil.

– Agua viva, que calmas nuestra sed.

– Hijo Unigénito del Padre.

– Camino que nos lleva al Padre.

– Verdad que revelas el misterio de Dios y del hombre.

– Vida que das plenitud al mundo.

– Vid verdadera en quien permanecemos

– Esposo que nos invitas a la cena de bodas.

– Mesías prometido.

– Pan de vida eterna.

– Rey de paz.

– Señor de la justicia.

– Principio y fin de toda la creación.

– Rey y Señor del universo.

L: Un beso a la imagen del Niño Jesús, sella nuestra adhesión a Jesús, Hijo de Dios (se da a besar la imagen del Niño Jesús)

L: Después de confesar nuestra fe en el Hijo que se nos da como compañero y venerar la imagen del Niño Jesús, colocamos junto a la cuna la carta que hemos preparado con antelación. Ella manifiesta nuestro compromiso por hacer que este misterio se encarne en nuestra vida de cada día y reconocer el poder de Jesús sobre la historia pidiendo su intervención sobre nuestras necesidades y las del mundo.

L: Esta noche respira la paz que nace en el humilde establo. “En cualquier lugar y de cualquiera manera, el belén habla del amor de Dios, del Dios que se ha hecho niño para decirnos lo cerca que esta de todo ser humano, cualquiera que sea su condición”(AS 10)- La cercanía de ese Dios nos llena de su paz que hoy experimentamos. Como un gesto de esa paz que Dios nos regala, compartimos un gran abrazo de paz.

L: Tomados de las manos, oramos al Padre del cielo con la oración del PADRE NUESTRO

Oración final:

L: Dios Padre, que nos has mostrado todo tu amor en esta noche a través del nacimiento de tu Hijo, concédenos vivir según este amor que hoy se nos h manifestado. Que María y José, custodios de este gran misterio, nos ayuden no solo a contemplar el don que se nos ha regalado sino a vivir siempre en una constante actitud de hacer la voluntad de Dios como ellos lo hicieron. Amén.

(Si se hace la cena posterior a esta oración, se puede recitar la siguiente bendición) Oración de bendición de los alimentos en la noche de Navidad: Con corazón agradecido y lleno de alegría por el gran regalo que nos haces en tu Hijo Jesucristo, cantado por los Ángeles, contemplado por María y José y predicado por los pobres pastores, te pedimos, bendigas, estos alimentos que son dones de tu generosidad y que son símbolo de la mesa de tu Reino que un día, toda la humanidad esperamos compartir. A Dios, que se ha hecho hombre, toda la gloria y bendición, por los siglos de los siglos. Amén.

“Dejemos que del asombro nazca una oración humilde, nuestro “gracias” a Dios, que ha querido compartir todo con nosotros para no dejarnos nunca solos”(Papa Francisco,“Admirabilis Signum, 10)