Mujeres Sembrando Semillas de Paz y Cultivando Encuentros, por María García de Fleury
María García de Fleury
El Día Internacional de la Mujer es un día especial para la Unión Mundial de Organizaciones de Mujeres Católicas, UMOFC, fundada en 1910 para la protección y defensa de las mujeres en todo el mundo. En la actualidad representa a 100 organizaciones de mujeres católicas activas en 66 países y representan a más de 8 millones de mujeres católicas de todos los ámbitos de la vida. Para celebrarlo se invitó a participar en una conferencia online interreligiosa y ecuménica titulada Mujeres Sembrando Semillas de Paz y Cultivando Encuentro, donde mujeres líderes de las comunidades religiosas budistas, católica, ecuménica, hindú, judía y musulmana brindan sus reflexiones acerca de cómo las religiones pueden comprometerse a construir la paz a través de una cultura de encuentro. Se inició con las palabras de apertura a cargo del prefecto del Dicasterio para el diálogo interreligioso, el Cardenal Ayuso Yizó, y de la presidenta general de UMOFC, Mónica Santa Marina.
La mayoría de nosotros llevamos una vida ocupada. Tenemos que ganarnos la vida, mantener un hogar, tratar con personas que sean a la vez amigables y groseras. Cuidamos lo que comemos y bebemos. Podemos ser compradores compulsivos, pasar horas en el centro comercial frente al televisor, frente a internet, revisando los últimos productos a la venta. Vivimos enfrentados a millones de pequeñas cosas a lo largo del día. Todas cosas, actividades, que al final no dan paz, y encontramos grandes dificultades para detener tiempo de descubrir lo que es verdaderamente importante en la vida.
Sembrar semillas de paz se puede realizar de muchas maneras, como, por ejemplo, brindando una sonrisa, una palabra amable, demostrando en tus actos diarios que la vida importa, cuidándote, compartiendo con otros, trabajando por un mundo más sano, más justo.
En su trabajo a nivel mundial, la UMOFC quiere ir aún más allá, quiere tomar un tiempo para dirigir la mirada hacia Dios, hacia el Ser Supremo y todo lo que es trascendente y relevante. Porque enfocar nuestra mirada a Dios, hablarle, orar, consiste en romper con la mirada centrada en uno mismo, romper con el engaño, con la avaricia, con la superficialidad de los pequeños deseos, con lo inútil que son los pleitos y las aversiones para poder crecer como personas plenas y felices.
Al dejar de lado por un rato esa lista de cosas por hacer, para tomar tiempo, para orar, meditar, lograremos mirarnos a la verdad de lo que somos nosotros mismos y encontrar soluciones, formas de cultivar una actitud generosa, amorosa, compasiva, estable, lo que llevará a tener una mente sabia y alegre, llevará a pensar como una persona cuyos pies tocan la tierra, como alguien que ama y respeta la tierra y todas sus criaturas, llevará a saber que todas las cosas en el mundo están conectadas, que la vida es una red que no fue tejida por nosotros sino por el Creador, que cada uno de nosotros somos una hebra de esa red y lo que le hagamos a la red lo hacemos a nosotros mismos y a los demás, pues todos los actos tienen consecuencias.
En el Día Internacional de la Mujer la invitación es a voltear nuestra mirada hacia Dios, hacia el Supremo, porque al hacerlo es comenzar a recorrer el camino hacia la libertad, hacia la verdadera felicidad, hacia la paz interior, porque sabemos que con Dios ¡siempre ganamos!
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