La hazaña de júbilo de Baltazar Porras, por María García de Fleury
800 Noticias | Maholy Meneses
Nuestro cardenal venezolano y arzobispo de Caracas, Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardoso está cumpliendo 40 años de ordenación episcopal. En nuestro mundo actual esta es una hazaña de júbilo y de una ardiente gratitud a nuestro Señor Jesucristo por guiarlo con continua sabiduría y gracia divina a perseverar y ser fiel a la promesa dada de seguir a Cristo. Es verdaderamente un logro glorioso del cumplimiento de su vocación.
Entre todas las cualidades necesarias en un sacerdote, la mayoría de la gente sitúa la dedicación, el compromiso y la santidad como las primeras, porque es muy difícil ser un sacerdote plenamente dedicado a todas las virtudes, buscando conformarse a nuestro Señor Jesús profundamente apegado a su compromiso y misión religiosa, utilizando solo sus talentos y capacidades para construir el reino de Dios en la tierra, sin contar con la gracia de Dios.
Don señor Baltasar Porras ha demostrado ser un buen sacerdote, un buen obispo, un buen arzobispo, un buen cardenal y un buen administrador, con un profundo sentido de compromiso y amor por nuestro Señor Jesús, la iglesia y su comunidad.
Sin duda está dotado de la cualidad única de tocar el corazón de quienes están confiados a su cuidado. Su vida sacerdotal y como obispo ha tenido que estar llena de satisfacciones, pero en muchos momentos ha sido difícil, momentos dolorosos, duros y a veces ha sido como el filo de una espada, pero ha caminado por él de buena fe en Dios, con esperanza, amor y dignidad.
En algún momento de fracaso o debilidad, no dudamos que el Señor Jesús ha tocado sus lágrimas y sus ojos han visto mejor y más claro cuando las nubes llueven y el aire se vuelve puro y lo han ayudado a crecer espiritual y humanamente.
Tanto él como nosotros sabemos que nuestro mundo tiene hambre y sed de vida espiritual. La espiritualidad no es otra cosa que vivir una vida que dé un lugar a Dios.
La vida espiritual es tan variada como la de los seres humanos. Dios sopla su aliento en el corazón y en el alma de cada ser humano y lo envía a este mundo para admirar la creación de Dios y alabar las maravillosas obras del Creador.
Cada persona está llamada a ser santa en su forma de vida. Recordemos que toda santidad ante Dios es obra del Espíritu Santo. Ama a Dios y ama a tu prójimo como a ti mismo. Este mandamiento cumple todas las leyes del cielo y de la tierra. Si quieres ser santo, entonces es simplemente una persona contenta y feliz entregada a la misión que Dios te ha confiado en esta vida.
El Cardenal Porras, para celebrar sus 40 años de ordenación episcopal, se unió al pueblo de la Arquidiócesis de Caracas y celebró la procesión de la Virgen de Coromoto por las calles de Chuao y el Cafetal, que concluyó con una misa presidida por él junto a sus dos obispos auxiliares, Monseñor Ricardo Barreto y Monseñor Lisandro Rivas, y un grupo de sacerdotes a cielo abierto, rodeado de un gran grupo de fieles.
Monseñor Baltasar Porras, con la gracia de Dios, ha enseñado y vivido con humildad y firmeza el respeto y el amor a Dios y a los demás, como persona cercana a su pueblo, ha expresado su compromiso de servicio en todos los lugares donde le ha tocado trabajar.
Felicitaciones, Monseñor Porras, por su ejemplo de entrega, laboriosidad y sobre todo amor. Usted sí es de los que sabe bien que con Dios siempre ganamos.
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