Monchi: «Compartir vestuario con Maradona fue vivir un sueño» - 800Noticias
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EFE

Ramón Rodríguez ‘Monchi’, director deportivo del Sevilla, ha recordado a Diego Armando Maradona como «un tío muy cercano» y afirmado que «fue un sueño compartir vestuario» con él en la temporada 1992-93, en la que el astro argentino militó en el club sevillista.

El canal de televisión ‘Vamos’ ha programado para este jueves un documental sobre la etapa de Maradona en el Sevilla que, además, es el primer episodio de ‘Informe Robinson’ que se emite desde el fallecimiento del carismático exfutbolista y comunicador inglés, ocurrido el pasado 28 de abril.

Monchi ha recordado, en declaraciones a Efe junto a todos sus compañeros de vestuario en aquella época, que «a cualquiera gusta compartir vestuario con el mejor del mundo» y destacó que Maradona «lo puso fácil desde el primer día» porque «Diego es un tío muy cercano, a todos daba su sitio», ya que él «era suplente, recién había llegado al primer equipo» pero lo trató como a «uno más».

Para el técnico gaditano fue «un lujo disfrutar» con la «capacidad técnica increíble» de un Maradona que «no llegó al cien por cien, pero en su mejor momento, que fue entre noviembre y enero», mostró «un fútbol que asombró a todos, por encima de todo» gracias a «ese golpeo que tenía, escondiendo el lugar al que iba el balón» o sus «conducciones con la pelota pegada al pie».

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Monchi rememoró al Maradona «más generoso» que le alabó «un reloj falso que llevaba durante un paseo por Barcelona» y al enterarse de que «era una imitación», «lo invitó a su casa a cenar para» regalarle «un ‘cartier'».

«Me dijo: ahí tienes un reloj bueno para que no tengas que ponerte uno falso. Así era Diego, eso lo define a la perfección», ha concluido.

El portero titular de aquel plantel dirigido por un técnico campeón del mundo, el argentino Carlos Salvador Bilardo, era Juan Caros Unzué, quien se considera «un privilegiado» por haber presenciado «detalles del mejor jugador del mundo en aquel momento» y, «sobre todo, por haber descubierto a una gran persona».

El delantero asturiano Ramón Suárez ‘Monchu’ fue el compañero de habitación de Maradona y recuerda que «para un chaval de 23 años, vivir esa experiencia «era lo más» porque él «lo bombardeaba a preguntas sin conocerlo de nada» pero que él «era muy cercano aunque a veces tuviera que mostrarse en público como alguien arisco».

«Siempre se portó de diez con todos nosotros, fue un gran compañero. Recorrimos medio mundo jugando amistosos. Estuvimos en Brasil, Argentina, Turquía, Italia… y las dietas de esos viajes no nos las pagaba el Sevilla, sino Maradona de su bolsillo. Lo ves ahora y te da pena. Era malo para él como se suele decir, pero con los demás era muy generoso», ha rememorado a EFE.

Su paisano Ricardo Bango opina que «tener a Diego de compañero significó una enorme dimensión para el equipo» y contó «una anécdota muy graciosa» de un entrenamiento en el que «un compañero le pidió a Diego durante un ejercicio de posesión» y éste le espetó: «Pasártela, ¿para qué? ¿Te creés Maradona?»

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El hoy comentarista de radio Pepe Prieto recuerda «el 92 como un año inolvidable» debido a la «Expo de Sevilla, las Olimpiadas en Barcelona y la llegada de Maradona a la ciudad», lo que convirtió al seivllista «en un equipo observado por el mundo futbolístico» y para él supuso «una cantidad de emociones muy difíciles de escribir, pasando desde la admiración hasta el estupor».

El jerezano Alfonso Cortijo había jugado en el Cádiz junto al salvadoreño Jorge ‘Mágico’ González y traza un paralelismo entre ambos al recordarlos por su «técnica espectacular e impresionante», al ser capaces de «jugar con los cordones de las botas sueltos» o dar «exhibiciones en un entrenamientos de tirar diez faltas desde fuera del área y meter nueve».

Cortijo evoca «un amistoso contra Boca Juniors en La Bombonera en el que Diego jugó un tiempo con cada equipo» y después del cual Maradona «invitó a un asado en su casa a las dos plantillas».

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«Me regaló dos pares de botas, que aún conservo. También le pedí un favor para el Jerez Industrial y aceptó sin problemas. Fue un detalle muy bonito para el club y toda la gente que ese día pudo tenerlo a su lado. Me dejó gratamente sorprendido», ha añadido.

Diego Armando Maradona apadrinó aquella temporada al talentoso mediapunta Francisco Javier Carpio Pineda, al que llamada ‘Pinedita’, quien hoy recuerda la 92-93 como «sin duda, la mejor etapa de» su «vida profesional», ya que tuvo la oportunidad de que su «ídolo se convirtiese en un compañero y un amigo: cuando entraba al vestuario, parecía como si entrara Dios», dijo.

«Estaba encantado conmigo por mi forma de jugar, quería tenerme a su lado para asociarnos en el campo. Disfruté una barbaridad. «Para mí, siempre fue y será el número uno. Me asombró también lo magnífico compañero que era. Un partido fue cambiado, entraba yo al campo, iba enfadado y no me dio la mano. Al día siguiente, me pidió disculpas delante de todos. Qué grandeza», ha recordado Pineda.

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