Miedo viralizado al coronavirus
EFE Salud
José Ramón Ubieto es profesor de Psicología y Ciencias de la Educación en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y especialista en el análisis del comportamiento, y en una entrevista con EFE analiza cómo y por qué se están desencadenando las emociones colectivas y si están justificadas o no determinadas reacciones.
Las autoridades sanitarias desaconsejan el uso de mascarillas, pero es uno de los productos que antes se han agotado en las farmacias; las autoridades desaconsejan hacer acopio de productos y garantizan el suministro y la distribución, pero los ciudadanos se han lanzado a hacer compras masivas, sobre todo en las zonas más azotadas por el virus.
El sentimiento de miedo, según José Ramón Ubieto, se ha instalado como un temor colectivo y está poniendo de manifiesto una crisis generalizada de confianza, porque en su opinión los ciudadanos desconfían de los organismos e instituciones más autorizadas, como la Organización Mundial de la Salud, de los políticos y de los medios de comunicación.
A su juicio, todas las crisis son muy difíciles de gestionar, y las crisis epidémicas aún más; “es necesario alertar, pero hay que evitar sembrar el pánico”, y ha incidido en la dificultad que entraña encontrar el límite entre una cosa y la otra.
“El origen está en el tratamiento que cada sociedad hace de la incertidumbre”, ha manifestado a EFE el profesor de Psicología, y ha observado que hace años esa incertidumbre se resolvía “a través de la providencia” pero ahora la sociedad ha depositado toda su confianza y sus incertidumbres en la ciencia y en la tecnología.
Según Ubieto, son muchos los elementos que están confluyendo y desencadenando el sentimiento de miedo colectivo, y cita la falta de respuesta, “de momento”, por parte de la ciencia, el exceso de información (según el profesor se vuelcan demasiados datos que no están convenientemente procesados y analizados) y el “efecto imagen” (calles desiertas, mascarillas, supermercados vacíos).
Y sobre todos ellos, este especialista en comportamientos cita el de la incertidumbre; “los primeros días parecía una simple variante de la gripe, pero parece que es algo más”; “los niños, que parecía que no se contagiaban, sí se contagian”.
El conteo constante de casos “no añade ningún plus a la información y contribuye al pánico”, según el profesor de Psicología, quien ha incidido en la importancia de la transparencia, y en la necesidad de la información veraz y rigurosa, pero considera “un error” proporcionar toda la información y todos los datos “a cielo abierto.
A su juicio, la idea de que “la transparencia es un valor supremo” es un concepto “equivocado”, y ha precisado que todos los datos necesitan ser contrastados, procesados y analizados por los expertos antes de ser volcados para evitar errores y interpretaciones erróneas que también contribuyen al pánico.
Todos estos elementos (la incertidumbre ante el comportamiento del virus, la desconfianza, el exceso de información y las imágenes) justifican el miedo colectivo que se ha instalado en la sociedad, pero ha incidido en que el pánico “se genera y desaparece con la misma rapidez”.
Cuando la tasa de contagio se reduzca, la sociedad “percibirá que la situación empieza a estar controlada” y la sensación de miedo desaparecerá, y mientras eso llega el profesor insiste en la relevancia de extremar el cuidado del lenguaje y de las palabras para no contribuir a extender el pánico.
José Ramón Ubieto ha explicado que se pueden hacer muchas cosas para “aminorar” y gestionar el miedo colectivo, pero controlarlo “es muy complicado; casi imposible”, y ha advertido además sobre la prevalencia de las redes sociales y la cantidad de falsedades, bulos o conspiraciones que circulan por ellas y se hacen también virales.