Mentir es dañino para la salud - 800Noticias
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Con información de DW

¡Muy bien, todo perfecto! Es la mentira más habitual que se suele contar la gente, según una encuesta realizada por el Museo de Ciencias de Londres. En la lista también aparecen: no tenía cobertura, estaba en un atasco o has adelgazado.

En una encuesta representativa del Instituto de Estudios de Mercado de Splendid Research se estima que casi el 60% de los alemanes miente diariamente. Mentir no es un fenómeno alemán, sino global. Las investigaciones arrojan que durante una conversación de diez minutos, las personas no suelen decir la verdad por lo menos una vez. No se puede saber con toda seguridad si estas cifra son ciertas, porque los investigadores deben partir de la idea de que los encuestados dicen la verdad.

Me comporto contigo como tú conmigo

Menos mentiras: menos dolores de cabeza y depresiones

Entonces, ¿está bien mentir? No es tan fácil. Mentir mucho enferma. Las mismas mentiras que contamos a los demás para alegrarlos, pueden perjudicarnos síquica y físicamente. Puede llegar a ser muy agotador intentar aparentar algo. Un estudio de la Asociación Americana de Psicología demostró que cuanto menos mintamos, más saludables estaremos.

Los investigadores animaron a un grupo de personas a evitar contar las llamadas «mentiras blancas”, como disculpas falsas y exageraciones. Los investigadores comprobaron el estado de salud y bienestar de los voluntarios.

Después de diez semanas, estos contaban que estaban más relajados, menos melancólicos o depresivos. Los síntomas físicos, como los dolores de cabeza, se redujeron o desaparecieron por completo. Incluso las relaciones interpersonales mejoraron y fueron más profundas.

Mentiras para el amor

«Tengo miedo de que no me quieran, por eso, miento», escribe otro usuario de Facebook. Cada exageración, cada excepción, cada sonrisa falsa no solo sirve para proteger la autoestima de la otra persona, sino sobre todo la nuestra propia. Al fin y al cabo, todos queremos sentirnos queridos.

Aunque todos contamos mentirillas habitualmente, esperamos que los demás sean sinceros con nosotros. Demasiadas mentiras causan, por eso, distanciamiento y siembran desconfianza entre la gente.

Necesitamos las mentiras para no entrar en conflicto con cada uno de nuestros colegas de trabajo. Por otro lado, las mentiras perjudican nuestra salud y nuestras relaciones interpersonales. ¿Qué debemos hacer entonces?

Expresar siempre lo que se nos pasa por la cabeza, no es la mejor alternativa a contar mentiras. Uno de los investigadores del estudio propone que menos es más: menos exageraciones y menos pretextos, simplemente un «lo siento” es suficiente.

Julia Vergin (RMR/ERS)

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